Un ciudadano mexicano demandó hoy ante un tribunal federal de distrito estadounidense a los cardenales de la Iglesia Católica en la Ciudad de México y Los Angeles, acusándolos de un complot para proteger a un cura pederasta.

La demanda alega que el arzobispo de la capital mexicana, Norberto Rivera, y el cardenal angelino Roger Mahony mudaron de ciudad al cura Nicolás Aguilar Rivera entre Estados Unidos y México a finales de la década de 1980, para evitar que fuera procesado por los supuestos abusos sexuales.

Parroquianos en México y Estados Unidos han dicho que Aguilar Rivera abusó de niños y adolescentes.

Las acusaciones a Rivera hacen referencia al tiempo en que estuvo al frente de la diócesis de Tehuacán, ciudad ubicada en el estado central mexicano de Puebla, antes de ser cardenal. No hay vínculos familiares entre Rivera y Aguilar Rivera.

El cura acusado fue expulsado del sacerdocio a mediados del año pasado, y permanecería prófugo en México. Las autoridades federales estadounidenses lo buscan por 19 cargos graves de conducta lasciva desde 1988, cuando abandonó su puesto temporal en Los Angeles y volvió a México.

Una vez de regreso en México, Aguilar Rivera siguió sirviendo como sacerdote al menos durante otra década y abusó de más niños tanto en la capital del país como en la diócesis de Tehuacán, según los fiscales. Uno de esos niños es ahora la parte acusadora.

"Este cura no sólo era un violador, sino que siguió siendo sacerdote y prófugo, y se le permitió violar a este chico y a muchos otros", dijo el abogado Jeff Anderson en una conferencia de prensa. "Fue violado por este cura, siendo niño en México, después de que los dos cardenales sabían que este sacerdote representaba un grave riesgo.

El vocero del cardenal Rivera, el padre Hugo Valdemar, calificó la demanda como un "engaño mediático" y confió en que será desechada, como ocurrió con dos denuncias anteriores interpuestas también en Estados Unidos por otro mexicano abusado sexualmente por Nicolás Aguilar.

"No nos quita el sueño, estamos muy tranquilos", afirmó sobre la cuarta denuncia contra el purpurado mexicano.

Los jueces han desechado dos demandas previas, al señalar que un ciudadano mexicano no puede demandar a otro ciudadano de ese país en una corte federal de Estados Unidos. Mahony llegó a un arreglo en la parte de una demanda anterior que lo señalaba en el 2007.

En México, los promotores de las primeras denuncias dijeron que no descansarán hasta que el cardenal Rivera sea castigado.

"Me siento con un poco de esperanza al ver este proceso que se inicia", dijo en rueda de prensa Joaquín Aguilar, presunta víctima del cura Aguilar Rivera —con quien no tiene ningún parentesco— y primer denunciante de ambos cardenales.

"No voy a descansar hasta no ver caer al cardenal" señaló.

Esta vez, los abogados han presentado la demanda bajo los términos de la Ley de Denuncias de Actos Ilícitos contra Extranjeros, que data del siglo XVIII y permite que las personas, aunque no sean ciudadanas estadounidenses, tengan acceso a las cortes para denunciar infracciones de leyes o tratados internacionales.

De acuerdo con la demanda, el entonces obispo Rivera se comunicó en 1987 con Mahony y le pidió aceptar a Aguilar Rivera como cura visitante por un año, por "motivos familiares y de salud".

El obispo presentó después al cura ante Mahony, mediante una carta, según la cual, Aguilar Rivera había sido víctima de una agresión brutal en su parroquia en México, posiblemente por "problemas de homosexualismo" que no habían sido demostrados.

Mahony ha dicho que nunca recibió cartas del obispo mexicano que explicaran el pasado del cura.

Los abogados de la parte acusadora señalan que la expresión de "problemas homosexuales" era un código entre los jerarcas de la Iglesia para referirse a los curas pederastas.

En cuestión de meses, Aguilar Rivera fue acusado de abusar sexualmente de niños en dos parroquias distintas de Los Angeles.

Huyó a México en 1988, días antes de que las autoridades federales estadounidenses le imputaran cargos.

José Bonilla, un abogado mexicano que forma parte de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual de Sacerdotes (SNAP), aprovechó la rueda de prensa en México y denunció que un cura identificado como Carlos López continuaba oficiando en el sur de la ciudad de México a pesar de que notificó al cardenal Rivera de que fue demandado por el abuso sexual de un menor.

Bonilla refirió que un juez rechazó hace un par de años proceder contra el cura, pese a que entre las pruebas se presentó un disco con más de 400 fotografías en las que presuntamente se le veía teniendo relaciones sexuales con menores.

El vocero del cardenal calificó a Bonilla como "mentiroso", tras asegurar que la Arquidiócesis Primada de México nunca protegió al cura López e incluso fue suspendido del sacerdocio hace dos años.