El Ministerio de Salud argentino decidió promover el “lenguaje y comunicación no sexista e inclusiva” en las producciones, documentos, registros y actos administrativos de la cartera y sus organismos descentralizados, según una resolución publicada este martes en el Boletín Oficial.

La norma considera que resulta conveniente “generar nuevas formas de comunicar que construyan y expresen igualdad para la diversidad de géneros, ya sea en la redacción de piezas de comunicación o en la generación de contenido audiovisual, con sensibilidad y perspectiva de género”.

Por lo que establece que a través de la Dirección de Géneros y Diversidad “se asista técnicamente a las áreas ministeriales, los equipos técnicos y gestores de servicios” para la implementación del lenguaje y la comunicación no sexista e inclusiva.

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, firmó la resolución en un acto realizado este lunes por cumplirse diez años de la sanción de la ley de Identidad de Género.

“Esta resolución es mucho más que una “e”, y a todas las personas que lo quieren reducir a eso, las convocamos a que se informen, consulten y se pongan en el lugar de las otras personas que hasta ahora no se sintieron incluidas en las políticas del Estado”, manifestó Vizzotti.

La medida se fundamenta en que Argentina ha adherido a diversos tratados internacionales sobre derechos humanos orientados a la eliminación de toda forma de discriminación y violencia, los cuales poseen rango constitucional.

También en el “Plan Nacional de Políticas de Género y Diversidad en Salud Pública”, que establece que “revisar el uso” de la comunicación es una manera de observar cómo se plasman estereotipos aprendidos, para “poder pensar en estrategias, lenguajes y formas más igualitarias que no tengan marcas que puedan interpretarse como discriminatorias o excluyentes”.

Además del marco normativo en materia de derechos de las mujeres y LGBTI+, “debe complementarse con la modificación de patrones socioculturales que implican desigualdades y violencias entre los géneros que naturalizan la segregación, discriminación y exclusión”.

Y que “el lenguaje inclusivo y no sexista refiere a construcciones lingüísticas y términos expresados de modo oral, escrito y/o visual que abonan al reconocimiento de mujeres y LGBTI+ y que no perpetúan estereotipos corporales, sexuales y de género”.