El pueblo epicentro del coronavirus en Europa explica cómo lo ha controlado
“Los contagios están cayendo pero la batalla continúa”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Roma. En Codogno, epicentro del coronavirus en Italia, los contagios son ahora mínimos gracias al férreo aislamiento, un modelo implantado ya en todo el país y reivindicado por su alcalde, Francesco Passerini: “Debemos evitar el contacto social”, insiste.
"El principio para evitar el contagio es la distancia social porque el peligro de este virus es la velocidad con la que se propaga", explica el regidor a Efe por teléfono, dado que en Italia se ha impuesto restricciones de movimiento por todo su territorio.
Codogno (norte) es considerado el foco del brote de coronavirus pues de ahí, el 20 de febrero, llegó el primer hospitalizado del país por esta enfermedad, que ya ha contagiado a más de doce mil personas y causado la muerte a 827, según los últimos datos.
EL AISLAMIENTO FUNCIONA: LOS CONTAGIOS CAEN EN CODOGNO
Fue el origen de la pesadilla. Este y otros diez pueblos de la comarca y uno del Véneto se convirtieron enseguida en la "zona roja" completamente aislada y custodiada durante dos semanas para tratar de acotar el avance del patógeno.
Precisamente gracias a esta cuarentena numantina, los contagios están a la baja y de hecho podrían haber sido ya anulados, según los datos que han recibido del gobierno regional de Lombardía.
"El hecho es que el índice de propagación disminuye respecto al porcentaje de nuevos contagiados y parecería que el ritmo ha llegado al cero", sostiene el alcalde, que recurre siempre al condicional para hablar de un tema tan importante y delicado para su comunidad.
Esto se ha logrado, sostiene, gracias a la "clausura total" del pueblo: Todas sus tiendas y establecimientos cerrados a cal y canto, la gente en sus casas evitando los contactos y los accesos al municipio custodiados día y noche por el ejército.
"Considero que es fruto de las medidas muy duras implementadas, de los sacrificios de la gente y del respeto de las disposiciones de los diez municipios de la 'zona roja'", sostiene el alcalde.
No obstante Passerini no se aventura a hablar de "contagios cero" como en los últimos días, pues prefiere la cautela, habida cuenta de que algunos médicos de la zona han pedido primero esperar los resultados de varias pruebas aún no revelados.
Preguntado por este particular, el alcalde responde: "Puede ser absolutamente, nadie puede decir que la batalla ha terminado". Por el momento hay 180 personas enfermas, "la gran mayoría" curándose en sus domicilios y otras en hospitales de Cremona, Piacenza o Milán.
Pero zanja el dilema subrayando que "es más fácil contraer el virus en otras partes de Lombardía que en Codogno".
EL "MODELO CODOGNO", UNA REALIDAD EN TODA ITALIA
Mientras en el municipio la situación se iba controlando y los contagios caían, en el conjunto de Lombardía aumentaban y hoy hay 5,763 contagiados y 617 personas han perdido la vida.
Por esa razón el Gobierno procedió a aislar toda Lombardía y catorce regiones del Piamonte, Emilia-Romaña y Véneto, casi todo el norte, hasta hacerlo actualmente con todo el país, restringiendo movimientos, contactos sociales y hasta cerrando tiendas.
Ahora se puede decir que no existe una "zona roja" sino que todo el país mantiene fuertes medidas de contención del virus.
Y eso era exactamente lo que el presidente de Lombardía, Attilio Fontana, y el alcalde venían reclamando desde su experiencia, de ahí que la estrategia de aislamiento de absolutamente todo el país haya sido bautizada como "Modelo Codogno".
"Solo pueden quedar abiertos los comercios de primera necesidad y basta. Las personas solo deben salir de casa por graves y fuertes motivos de necesidad de salud o trabajo, como operadores sanitarios o las fuerzas del orden", opinaba el alcalde, horas antes de que el Gobierno decretara anoche el cierre comercial del país.
LA TRANQUILIDAD DE CODOGNO
Veinte día después del brote, este municipio de 16.000 habitantes situado en la zona cero de la epidemia vive "tranquilo", en ningún momento ha habido desabastecimiento y los servicios han sido garantizados gracias al trabajo de voluntarios, agradece el alcalde.
"La colaboración de la población ha sido total y también de las empresas, a pesar de que es un golpe muy duro para nuestra agricultura estar cerrado 20 días. Pero incluso cuando el bloqueo acabó, muchas empresas siguieron cerradas" por precaución, asegura.
Las buenas noticias llegan al pueblo también desde el exterior, en concreto desde el hospital de San Matteo de Pavia, donde el primer ingresado de Italia por coronavirus, un hombre de 38 años, ya ha comenzado a respirar y a hablar en cuidados intensivos.
Este "paciente 1" había estado cenando a finales de enero con un grupo de amigos, uno de ellos acababa de regresar a Italia desde China, y días más tarde acudió al hospital porque se sentía mal, aunque fue mandado de vuelta a casa. Horas después tuvo que ser reanimado.
En Italia aún no se ha logrado identificar al conocido como “Paciente 0”, el que introdujo el virus, pero se cree que llegó de Alemania entre el 25 y 26 de enero según un análisis genético realizado por la Universidad Statale y el Hospital Sacco de Milán.