Por primera vez, un laico y una monja leyeron las traducciones al inglés y al español de la lección semanal de catecismo del papa Francisco, en lugar del tradicional sacerdote con sotana, un cambio pequeño, pero revolucionario en el Vaticano.

El Vaticano anunció el cambio con antelación, señalando que a partir del miércoles “hombres y mujeres, religiosos y empleados laicos de varios dicasterios de la Curia Romana, participarán en la Audiencia General para la lectura de los saludos en varios idiomas”.

Los monseñores de la secretaría de Estado vaticana siempre han proporcionado las traducciones resumidas en la audiencia general de los miércoles. En esta ocasión, los clérigos leyeron únicamente las de francés, alemán, portugués, árabe, polaco e italiano.

Durante sus casi nueve años de papado, el pontífice ha criticado a menudo el elemento de la cultura católica que sitúa a los curas en un pedestal y ha abogado porque el “pueblo de Dios” asuma el lugar que le corresponde en la institución.

Ha pedido específicamente que las mujeres ocupen funciones de gobierno y nombró a varias religiosas para cargos importantes en el Vaticano, aunque ninguna dirige una congregación vaticana. Actualmente preside una consulta de dos años entre los laicos de todo el mundo para entender las necesidades y deseos de los fieles de a pie y qué puede hacer la Iglesia para servirlos mejor.

Mientras, en su primera audiencia general del año el papa pidió que se simplifiquen los procesos de adopción e instó a las parejas a tener más hijos, por lo que el catecismo de Francisco se centró en la figura de José, el “padre adoptivo” de Jesús.

El papa repitió su llamado a que las parejas tengan más hijos para hacer frente al “invierno demográfico” en gran parte de Occidente. Y pidió que aquellas que no puedan tener descendencia se abran a la adopción.

“Este tipo de elección es una de las formas más elevadas de amor, de paternidad y de maternidad”, afirmó. “¡Cuántos niños en el mundo están esperando alguien que les cuide!”.

Además, pidió que se simplifiquen los procesos de adopción “para que el sueño de muchos niños que necesitan una familia, y de tantos matrimonios que desean darles amor, se haga realidad”.