La brasileña Juliana Marins, de 26 años, comenzó el ascenso al monte Rinjani, un volcán activo de 3,726 metros ubicado en la isla indonesia de Lombok, el pasado 21 de junio, acompañada de un guía y cinco extranjeros más, cuando cayó unos 600 metros, según informaron las autoridades indonesias.

Esta joven que nació en Niterói, una ciudad costera del estado de Río de Janeiro, estudió publicidad y trabajó por un tiempo en el sector de la comunicación, pero tomó la decisión de renunciar y emprender un viaje sola por el Sudeste Asiático, sin pensar que esto lo llevaría a la muerte.

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Según una reseña realizada por ‘O Globo’, describieron a Marins como una mujer independiente, sensible y que amaba profundamente la naturaleza. Además, le gustaba practicar deportes al aire libre, como lo eran el senderismo y la escalada. En sus tiempos libres también realizaba pole dance.

Varios testimonios recogidos por el medio mencionado anteriormente, eran meticulosos en la preparación física para sus viajes y nunca se aventuraban a realizarlos solos, por lo que siempre contrataban a un guía.

A través de sus redes sociales, no solo compartía los paisajes y los lugares que visitaba, sino que hablaba de sus miedos y del valor de estar sola en territorios desconocidos.

Así fue su travesía por el sudeste asiático

En febrero de 2025, Juliana Marins tomó la decisión de abandonar su rutina en Río de Janeiro; se lanzó a una aventura en solitario por el sudeste asiático. No tenía tiquete de regreso y en su plan solamente estaba explorar, conocer, observar y vivir la vida como siempre había soñado.

Según ‘O Globo’, su primer destino fue Tailandia y desde allí trazó una ruta que la llevó a recorrer países como Vietnam, Filipinas e Indonesia. En cada uno de ellos disfrutó de la cultura, caminó por las montañas y visitó playas remotas. Además, tuvo la oportunidad de alojarse en las comunidades rurales.

Pero todo cambió la madrugada del viernes 21 de junio de 2025, cuando Juliana Marins se embarcó en una excursión guiada rumbo a la cumbre del monte Rinjani, el segundo volcán más alto de Indonesia, con 3,726 metros de altitud.

Durante el ascenso por la ruta de Pelawangan Sembalun, cayó por una ladera empinada en una zona conocida como Cemara Nunggal, entre los 2,600 y 3,000 metros de altitud. Según lo que relató su familia, el guía la dejó sola, luego de que ella se tomara unos minutos para descansar.

Juliana estaba en el grupo, pero se cansó mucho y pidió parar un rato. Siguieron adelante y el guía no la acompañó. No sabía adónde ir, no sabía qué hacer. Cuando el guía regresó, al ver que tardaba demasiado, vio que se había caído”, comentó su hermana Mariana a ‘O Globo’.

Sin embargo, el guía Ali Musthofa, de 20 años, comentó que solo estaba a “tres minutos de ventaja” y cuando se dio cuenta de que ella no llegaba, se devolvió a buscarla.

“No la dejé, pero esperé tres minutos delante de ella. Después de unos 15 o 30 minutos, no apareció. La busqué en el lugar de descanso final, pero no la encontré. Le dije que la esperaría más adelante. Le dije que descansara. Me di cuenta de que se había caído cuando vi la luz de una linterna en un barranco de unos 150 metros de profundidad y oí la voz de Juliana pidiendo ayuda. Le dije que la ayudaría. Intenté desesperadamente decirle que esperara la ayuda”, declaró a ‘O Globo’.

El terreno en el que cayó Marins es uno de los más peligrosos por su inclinación y, cuando las autoridades fueron alertadas de su desaparición, movilizaron dos equipos de rescate para llegar al lugar en el que se encontraba la víctima. Sin embargo, tras llegar al sitio, los rescatistas la encontraron muerta.

Tras cuatro días de operaciones, su cuerpo fue localizado por una de las brigadas que descendía con cuerdas. Según el cálculo de los rescatistas,Marins se encontraba a unos 650 metros más abajo de donde comenzó el descensoy hasta el momento la causa oficial de su muerte no ha sido divulgada por las autoridades locales.