SEUL, Corea del Sur — Decenas, posiblemente cientos, de miles de surcoreanos se manifestaron el sábado en Seúl para pedir la dimisión de la presidenta Park Geun-hye en una de las mayores protestas registradas en el país desde su democratización hace unos 30 años.

La policía anticipó que unas 170.000 personas se reunieron cerca del Ayuntamiento y la antigua puerta del palacio, mientras que los organizadores estimaron que un millón de personas tomó parte en la protesta.

Esta es la última de una serie de manifestaciones multitudinarias contra Park, cuya presidencia se ha visto salpicada por la sospecha de que dejó que una confidente desde hace años manejase el poder desde bambalinas.

La amiga de Park, Choi Soon-sil, hija de un fallecido líder de culto que apareció como mentora de Park en la década de 1970, es también sospechosa de explotar sus vínculos presidenciales para acosar a empresas para donar decenas de millones de dólares a fundaciones bajo su control.

A pesar del creciente malestar entre la sociedad, los partidos de la oposición todavía no han exigido seriamente la renuncia o un juicio político a Park por el temor a que pueda tener un impacto negativo en la carrera presidencial del próximo año. Sin embargo, amenazaron con hacer campaña en favor de su resignación si no se distancia de los asuntos de Estado.

En un intento por estabilizar la situación, Park dijo el martes que dejaría que el parlamento, controlado por la oposición, elija a su primer ministro. Pero los partidos opositores dicen que son palabras vacías sin promesas específicas sobre los poderes presidenciales que trasladaría a su nuevo número 2.

La fiscalía detuvo a Choi, a uno de sus principales colaboradores y a dos exasesores presidenciales que supuestamente ayudaron a Choi a interferir en decisiones gubernamentales y a amasar una fortuna ilícita a expensa de los negocios.

A Park le quedan 15 meses de mandato. Si renuncia antes de completarlo, se celebrarían elecciones en el plazo de 60 días.