Hamás, el grupo insurgente que gobierna la Franja de Gaza, lanzó al amanecer del sábado un ataque múltiple sin precedentes contra Israel, disparando miles de proyectiles mientras decenas de combatientes cruzaban la protegida frontera por tierra, mar y aire y pillando al país desprevenido en un importante feriado.

Seis horas después del inicio de la invasión, los insurgentes de Hamás seguían librando tiroteos en el interior de varias comunidades israelíes en una sorpresiva demostración de fuerza que conmocionó al país.

El servicio de emergencias israelí reportó que al menos 22 personas fallecieron y cientos más resultaron heridas en la incursión, que es el ataque más letal registrado en suelo israelí en años.

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El Centro Médico Soroka de la ciudad de Beersheba, en el sur de Israel, dijo que estaba tratando a al menos 280 víctimas, 60 de ellas en estado grave.

En Gaza no había información oficial sobre bajas, pero reporteros de The Associated Press presenciaron funerales por 15 personas y vieron llegar otros ocho cadáveres a un hospital. No estuvo claro de inmediato si eran combatientes o civiles.

Las redes sociales se llenaron de videos de combatientes de Hamás desfilando por las calles en lo que parecían ser vehículos militares robados y de al menos un soldado israelí muerto dentro de Gaza arrastrado y pateado por una multitud palestina enfurecida al grito de “Dios es grande”.

Videos publicados por Hamas parecían mostrar a al menos tres soldados israelíes capturados con vida. El ejército se negó a ofrecer detalles sobre bajas o secuestros mientras seguía combatiendo a los infiltrados.

“Estamos en guerra”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un discurso televisado en el que anunció una movilización masiva de reservistas del ejército. “No (en) una ‘operación’, no (en) un ‘asalto’, sino en guerra”.

“El enemigo pagará un precio sin precedentes”, agregó prometiendo que Israel “devolverá el fuego con una magnitud que el enemigo no ha conocido”.

Soldados israelíes sofocan un incendio provocado por el impacto de un proyectil disparado desde la Franja de Gaza en un estacionamiento en Ashkelon, en el sur de Israel.
Soldados israelíes sofocan un incendio provocado por el impacto de un proyectil disparado desde la Franja de Gaza en un estacionamiento en Ashkelon, en el sur de Israel. (The Associated Press)

La grave invasión coincide con el Simjat Torá, un día normalmente festivo en el que los judíos completan el ciclo anual de lectura de su libro sagrado, la torá, y revivió el doloroso recuerdo de la Guerra de Yom Kipur de 1973 casi 50 años después. Entonces, los enemigos de Israel lanzaron un ataque sorpresa en el día más sagrado del calendario judío.

Las comparaciones con uno de los momentos más traumáticos en la historia israelí agudizaron las críticas a Netanyahu y a sus aliados de ultraderecha, que han defendido medidas más agresivas contra las amenazas procedentes de Gaza. Los comentaristas políticos criticaron al gobierno por incapacidad para anticipar lo que parecía un ataque inédito de Hamás por su nivel de planificación y coordinación.

Se reportaron muchas más víctimas mortales en ambos bandos, pero las autoridades no facilitaron detalles de inmediatos. La prensa israelí dijo que decenas de personas habían sido hospitalizadas en el sur del país. El Ministerio de Salud palestino en la Franja indicó que “muchos ciudadanos” resultaron heridos, pero no dio datos concretos, y los altavoces de las mezquitas emitían oraciones de duelo por los insurgentes muertos.

El ejército de Israel atacó objetivos en Gaza en respuesta a los alrededor de 2,500 cohetes que hicieron sonar constantemente las sirenas antiaéreas en lugares tan al norte como Tel Aviv y Jerusalén, a unos 80 kilómetros (50 millas). Dijo que sus fuerzas libraban tiroteos con insurgentes de Hamás que se habían infiltrado en al menos siete lugares. Los combatientes se colaron por la valla fronteriza e incluso llegaron por aire en planeadores y por mar, añadió.

No estuvo claro de inmediato qué motivó el operativo de Hamas, que se produjo tras semanas de crecientes tensiones a lo largo de la frontera de la Franja. El esquivo líder del brazo militar de Hamás, Mohammed Deif, anunció el inicio de lo que llamó “Operación Tormenta de Al-Aqsa”.

“Basta ya”, dijo Deif, quien no se deja ver en público, en un mensaje grabado en el que pidió a los palestinos desde Jerusalén este y hasta el norte de Israel que se unan a la lucha. “Hoy el pueblo recupera su revolución”.

En un discurso televisado, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, advirtió que la milicia había cometido “un grave error” y prometió que “el estado de Israel ganará esta guerra”.

La ofensiva insurgente coincide con una histórica división en Israel por la reforma judicial propuesta por el gobierno de Netanyahu. Las manifestaciones masivas contra el plan sacaron a cientos de miles a las calles y llevaron a cientos de reservistas militares a evitar el servicio voluntario — unas reacciones que han generado dudas acerca de la preparación del ejército para el combate y sobre su capacidad de disuasión.

La incursión supone un importante logro — y una escalada — para Hamás y ha obligado a millones de israelíes a refugiarse en lugares seguros de las explosiones de los proyectiles y de las continuadas balaceras con los insurgentes. Ciudades y pueblos se vaciaron mientras el ejército cerraba carreteras próximas a Gaza. Tanto el servicio de emergencias israelí como el Ministerio de Salud palestino pidieron a la población que done sangre.

“Entendemos que esto es algo grande”, dijo el teniente coronel Richard Hecht, un vocero del ejército israelí, a reporteros, añadiendo que se ha llamado a los reservistas a filas.

Hecht se negó a comentar cómo consiguió Hamás sorprender al ejército. “Es una buena pregunta”, añadió.

Ismail Haniyeh, el líder exiliado de Hamas, dijo que los combatientes palestinos estaban “comprometidos en estos momentos históricos en una operación heróica” para defender la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén y a los miles de prisioneros palestinos retenidos por Israel.

Israel ha levantado una enorme cerca a lo largo de su frontera con el enclave palestino para evitar las infiltraciones. El muro es profundo y está equipado con cámaras, sensores de alta tecnología y tecnología de escucha.

Israel mantiene un bloqueo sobre la Franja desde que Hamás, un grupo insurgente islámico que se opone a Israel, se hizo con el control del territorio en 2007. Los enconados enemigos han librado cuatro guerras desde entonces. Además, ha habido numerosos choques menores entre las tropas israelíes y Hamás y otros grupos más pequeños del territorio.

El bloqueo, que restringe la entrada y salida de personas y bienes, ha devastado la economía de la Franja. Israel dice que es necesario para impedir que los grupos insurgentes amplíen sus arsenales, pero los palestinos sostienen que equivale a un castigo colectivo.

El lanzamiento de proyectiles se produce en un momento de intensos combates en Cisjordania, donde casi 200 palestinos han perdido la vida en incursiones israelíes en lo que va de año. Israel sostiene que la mayoría de los fallecidos son insurgentes, pero entre las víctimas hay también jóvenes palestinos que lanzaban piedras en protesta por las redadas y transeúntes inocentes.

Los ataques palestinos contra israelíes se han cobrado la vida de más de 30 personas desde principios de 2023.

Israel capturó Cisjordania, además de Jerusalén Este y la Franja de Gaza, en la Guerra de los Seis Días de 1967.