
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Wasington.- Algunos misterios son tan divertidos que uno no quiere conocer la realidad. Eso ayudaría a explicar la fascinación por las calaveras de cristal.
Feliz de compartir los reflectores con la más reciente película de "Indiana Jones", el Museo Smithsoniano de Historia Natural exhibe su calavera de cristal a partir de hoy, jueves.
"A la gente le gusta creer en algo más grande que uno mismo", dijo la antropóloga de la institución Jane MacLaren Walsh, y las calaveras de cristal son misteriosas y hermosas.
"Son un ejemplo fascinante de artefactos que han llegado a los museos sin que exista evidencia científica que compruebe sus rumorados orígenes precolombinos", agregó.
Cristales esculpidos a semejanza de una calavera humana alimentaron en el siglo XIX la sed de drama y misterio y la fascinación con la muerte. Se suponía que eran creación de antiguos mesoamericanos: aztecas, mixtecas, toltecas, quizás mayas.
Se decía que las calaveras representaban el arte y la religión de esos pueblos. Algunos afirmaban que tenían poderes especiales, incluso sobrenaturales.
Los científicos dicen que no es así.
Sin embargo, la enorme calavera de cristal que misteriosamente llegó al Smithsoniano hace 16 años salió de su escondite en la oficina de Walsh y se exhibirá al público hasta el 1 de septiembre.
El estudio de esta calavera llevó a Walsh a extender su investigación a otros museos y concluir que todas las calaveras de cristal son falsas, fabricadas en los siglos XIX y XX.
"En el pasado se asumía que la mayoría de las calaveras esculpidas eran antiguas", dijo. Después de todo, ?por qué alguien se tomaría la molestia de fabricar una falsa?
Aun así, está satisfecha de que haya llegado a su puerta y llevado al estudio. "Este objeto particular nos ha narrado toda una nueva historia", expresó.
El director del museo, Cristian Samper, dijo que la gente a menudo le pregunta si existe un verdadero Indiana Jones haciendo trabajo de arqueología.
"Les digo que hay varios", relató. "Personas haciendo trabajo de campo igual de interesante".
De las muchas calaveras de cristal en museos y colecciones privadas alrededor del mundo, la del Smithsoniano es una de las más grandes, con 25 centímetros de altura y casi 14 kilogramos. Llegó al museo de manera anónima, acompañada por una nota que asegura es de origen azteca.
No lo es, dice Walsh.
Las calaveras se esculpieron de bloques de cuarzo y presentan marcas de herramientas modernas. Eso significa que no fueron hechas antes del siglo XIX. La del Smithsoniano, señaló, parece haber sido tallada entre 1950 y 1960.
De hecho, no se han conseguido calaveras de cristal en ningún sitio arqueológico.
Es verdad, las calaveras forman parte del arte azteca y tolteca. Pero, como señalan los científicos, siempre se esculpían en relieve en basalto, una piedra obscura.
Los científicos creen que las calaveras de cristal se hicieron en Europa y México, la mayoría en el siglo XIX, cuando había un próspero mercado de antigüedades, verdaderas o falsas.
¿Y qué hay de sus supuestos poderes especiales?
He aquí lo que el Museo Británico tiene que decir:
"Las grandes calaveras de cristal de cuarzo han despertado gran interés y fascinación desde que comenzaron a aparecer en colecciones públicas y privadas durante la segunda mitad del siglo XIX. El Museo Británico ve la calavera en su colección como un objeto enigmático de gran interés pero sin propiedades sobrenaturales".
Nada de esto, empero, desalienta a productores de películas o museos.
Además de poner su calavera en exhibición, el Smithsoniano reporta sobre el tema en la edición de julio de su revista Smithsonian Magazine y en un documental a transmitirse el jueves por la noche en el Smithsonian Channel.
Las calaveras de cristal se exhiben al público en el Museo Británico de Londres y en el Musee du Quai Branly de París.