París (EFE).- Gracias a un hueso fósil de un rinoceronte gigante de veinticinco millones de años, científicos franceses han probado que la península de Anatolia, actualmente Turquía, no estaba aislada geográficamente, como se creía hasta ahora, publicó hoy la revista "Zoological Journal of the Linnean Society".

La presencia del hueso en Anatolia y de otros restos de fauna en la zona, asociados a migraciones de animales entre Europa y Asia, pone en duda que la península pudiera ser un archipiélago.

Hasta ahora se creía que Anatolia estaba separada tanto de Europa como de Asia por un mar llamado Paratethys, cuyos vestigios forman actualmente los mares Negro, Caspio y de Aral.

El descubrimiento de los investigadores de la Universidad de Toulouse 3, del Museo Nacional de Historia Natural y de la Universidad París 6, confirma la existencia de comunicaciones terrestres entre Europa y Asia, que estaban por tanto en un mismo istmo que los animales podrían cruzar.

El hueso, encontrado en 2002 en la región Cankiri-Corum (Turquía) en una misión turco-francesa, fue el primer fósil de rinoceronte gigante hallado en Anatolia del período Oligocénico, en el que se produjeron intensos movimientos tectónicos alrededor del Mediterráneo.

El fragmento óseo del animal hace pensar a los paleontólogos que se trata de un espécimen de Paraceratherium, que se cree es, junto con el mamut, el mamífero más grande que ha conocido la Tierra.

El hueso del radio del Paraceratherium examinado, llamado también indricothere, mide 1,2 metros de largo y probablemente pertenecía a un macho de cinco metros de alto, de una masa corporal de entre quince y veinte toneladas.