Los diputados y senadores franceses, reunidos en sesión conjunta, adoptaron este lunes de forma mayoritaria la inscripción del aborto en la Constitución, una reforma que consideraron “histórica”.

En total, 780 de los 925 parlamentarios aprobaron una reforma constitucional que modificará el artículo 34 de la Carta Magna para incluir “la libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”.

El proyecto, ado por el presidente, Emmanuel Macron, para preservar ese derecho amenazado en otros países, contaba con un gran respaldo popular y obtuvo apoyos de todos los partidos políticos, sin reservas en la izquierda y más condicionados en la derecha y extrema derecha.

Solo 72 diputados votaron en contra de esta reforma que convierte a Francia en el primer país que constitucionaliza el aborto, una reforma que pretende inspirar a otros y servir de base a la lucha de las mujeres en todo el mundo, según indicó el primer ministro, Gabriel Attal.

“Orgullo francés, mensaje universal”, escribió en la red social X el presidente, que por prohibición legal no pudo acudir a las deliberaciones del legislativo.

Macron anunció una gran ceremonia el próximo viernes, coincidiendo con el día internacional de los derechos de las mujeres, frente al Ministerio de Justicia, donde por primera vez en la historia el público podrá asistir a la promulgación de una ley por parte del presidente.

Una explosión de alegría se sintió en la plaza del Trocadero, frente a la Torre Eiffel, junto al monumento de los Derechos Humanos, donde frente a una pantalla gigante que retransmitía la sesión del Congreso se reunieron centenares de defensores del aborto.

“Mi cuerpo, mi elección”, se inscribió en el célebre monumento parisino para marcar este avance “histórico” en el país.

Numerosos responsables políticos tomaron la palabra para asegurar que aunque el aborto no se cuestiona en Francia en estos momentos, con más de ocho de cada diez franceses en favor de su inscripción en la Constitución, puede serlo en el futuro e introducirlo en la Carta Magna dificulta revisarlo.

Pusieron como ejemplo lo sucedido en otros países, como en Estados Unidos, Polonia, Hungría o Argentina, donde aseguraron que el presidente, Javier Milei, se dispone a eliminar el derecho al aborto.

Aunque la mayor parte de los diputados de la extrema derecha votó a favor de la reforma, sus líderes pusieron la nota discordante en la jornada, al considerar que se trata de una maniobra del presidente para ocultar su debilidad parlamentaria.

“Vamos a votar esta constucionalización, porque no nos supone ningún problema, pero de ahí a hablar de día histórico no. Es un día instrumentalizado por Emmanuel Macron para su propia gloria”, afirmó la líder ultraderechista Marine Le Pen.

Sus parlamentarios defendieron que “con esta reforma nada cambia” y aseguraron que “se pueden evitar muchos abortos con un mejor asesoramiento sexual a las mujeres y una mayor ayuda económica a las embarazadas”.

Algunos parlamentarios conservadores expresaron sus dudas sobre si la reforma adoptada podía atentar contra la libertad de los médicos de oponerse a practicar abortos en virtud de la objeción de conciencia.

Pero la gran mayoría de los legisladores consideró “histórica” la jornada, un paso adelante en la lucha feminista y una batalla ganada a los que se oponen al aborto.

París, 4 mar (EFE).- El primer ministro francés, Gabriel Attal, aseguró que Francia “se dispone a cambiar la historia” inscribiendo el aborto en su Constitución, al abrir el Congreso que se apresta este lunes a aprobar esta reforma de la Carta Magna.

“Podemos cambiar nuestra ley fundamental para inscribir la libertad de las mujeres, con quienes tenemos una deuda, con las que han sufrido, con las que han muerto, con las que han tenido que escapar de forma clandestina al extranjero, cuyo recuerdo nos avergüenza”, aseguró el jefe del Ejecutivo en su discurso ante la reunión conjunta de diputados y senadores en el Palacio de Versalles.

Attal, que llegó acompañado de Jean Veil, hijo de Simone Veil, la ministra responsable hace casi medio siglo de la despenalización del aborto, rindió homenaje a todas las mujeres que, a lo largo de los años, han trabajado para lograr y defender este derecho que Francia quiere afianzar.

Para ello es necesario que tres quintos de los parlamentarios, es decir 555, aprueben esta reforma constitucional, algo que parece más que probable porque ambas cámaras ya lo aprobaron por separado con un margen más que suficiente.

El primer ministro señaló que solo entonces “el cuerpo de las mujeres será el templo de su libertad” y envió este mensaje a todas las mujeres: “Vuestro cuerpo os pertenece y nadie puede disponer de él en vuestro lugar”.

“Este es un paso decisivo en favor de la igualdad entre hombres y mujeres. Todavía estamos lejos del final del camino, pero poco a poco nos acercamos”, agregó.

Attal aseguró que “la libertad de abortar está en peligro porque depende de la voluntad de quienes tienen el poder” y afirmó que lo que ahora parece conseguido puede tambalease en el futuro, lo que justifica que el aborto, que cuenta con un respaldo mayoritario en la sociedad francesa, se inscriba en la Constitución.

“Todas las libertades son frágiles. Y cuando se quiere a atacar la libertad de un pueblo se empieza por cercenar las de las mujeres”, aseguró el primer ministro, que se refirió a los casos de Estados Unidos, Hungría o Polonia.

La presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivot, que abrió el Congreso, aseguró que con esta decisión se “escala parte del muro de la igualdad, una escalada larga y laboriosa y a la que basta solo una caída para volver a estar abajo”.

“Con esta decisión Francia se coloca en la vanguardia, ese es su puesto. Con esta decisión le decimos a todas las mujeres del mundo que estamos a su lado, dispuestas a ayudarles”, indicó.

Menos entusiasta, aunque también a favor, se manifestó al llegar a Versalles la líder ultraderechista Marine Le Pen, quien aseguró que el peligro contra el aborto “no existe”.

“Vamos a votar esta constitucionalización, porque no nos supone ningún problema, pero de ahí a hablar de día histórico no. Es un día instrumentalizado por (el presidente francés) Emmanuel Macron para su propia gloria”, afirmó.