
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Covina.- Joseph y Alicia Ortega llegaron de México y criaron una extensa y numerosa familia con un negocio de pintura que abrieron en el sur de California.
La familia fue destrozada en la Nochebuena, que para los cristianos es un momento tradicional de convivencia.
Los parientes que sobreviven están en duelo debido a un ataque cometido la Nochebuena en la casa de los Ortega por un ex marido que al parecer quería vengarse de una de las hijas del matrimonio, Sylvia Prado.
Bruce Pardo se puso un disfraz de Santa Claus y mató a nueve integrantes de la familia Ortega durante la fiesta navideña donde la unida familia se congregaba cada año. Luego, Pardo esparció en la casa el combustible de alto octanaje --común en el automovilismo-- que la incendió. Más tarde, Pardo se quitó la vida.
"Eran verdaderamente una gran familia", dijo José Castillo, cuñado de Sylvia Pardo por un matrimonio anterior, que se presentó el domingo a rendir tributo en una tranquila calle sin salida donde estaba la casa de dos niveles de los Ortega. "Acostumbraban estar juntos todo el tiempo".
De acuerdo con la policía, Bruce Pardo pensaba huir a Canadá después de la masacre pero en el incendio resultó quemado al arder el traje de Santa Claus, personaje también conocido como Papá Noel, San Nicolás y Viejo Pascuero.
Joseph Ortega, de 80 años, y Alicia, de 70, se habían retirado hace unos 10 años de su negocio dedicado a pintar muebles de metal y otros objetos, que estaba instalado cerca de la ciudad de El Monte.
La pareja emigró a Estados Unidos poco después de su matrimonio hace 53 años en la ciudad mexicana de Torreón, afirmó el sábado el periódico El Siglo de Torreón que es editado en esa ciudad del estado norteño de Coahuila.
La familia es bien conocida en la ciudad, donde las hermanas de Alicia con empresarias importantes, dijo el director del diario, Javier Garza, al Los Angeles Times.
Sylvia Pardo, de 43 años, se había mudado a la casa de sus padres desde que hace casi un año se divorció de Bruce Prado, un ingeniero electricista de 45 años, refirió Castillo.
Su matrimonio anterior con el hermano de José Castillo, Sabino, terminó con la muerte de Sabino en un accidente vial hace unos 20 años cuando estaba embarazada del menor de sus dos hijos.
Los dos hijos, una mujer de 21 años y un hombre de 20, escaparon ilesos de la fiesta donde Bruce Prado abrió fuego.
La matanza fue cometida seis días después que Bruce y Sylvia Prado acudieron a una corte para sellar el divorcio, en condiciones al parecer adversas para el primero.

