
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Bangkok.- Indonesia y Tailandia recordaron con distintas ceremonias a las cerca de 175 mil personas que murieron en el tsunami (ola gigante) que arrasó parte de los litorales de esos países hace cuatro años hoy.
Tailandia, con 5,395 víctimas mortales, 445 personas que siguen dadas por desaparecidas y 388 cadáveres aún por identificar, organizó los actos más ceremoniosos, posiblemente porque entre los fallecidos destaca Khun Bhumi Jensen, nieto del rey Bhumibol Adulyadej.
Hijo de la princesa Ubolratana Rayakanya, la mayor del soberano, y del estadounidense Peter Ladd Jensen, Khun Bhumi, o Khum Poom, su nombre más popular, era autista y murió a los 21 años.
El tsunami de 2004, que se formó frente a la isla indonesia de Sumatra, se abatió sobre las costas de seis provincias del sur tailandés: Krabi, Phang-nga, Phutet, Ranong, Satun y Trang.
El ministro de Educación tailandés, Jurin Laksanawisit, presidirá una de las ceremonias, la que al caer la noche liberará al mar 177 velas encendidas flotantes.
El parque en memoria del tsunami de Ban Nam Khem acogerá a su vez rituales budista, cristiano e islámico en recuerdo de las víctimas.
Varios miles de personas se congregaron en Banda Aceh, la capital de la provincia de Aceh y el lugar de Indonesia más castigado por el tsunami, para recordar a los "mártires" de la catástrofe, en palabras del gobernador, Ramli Mansur.
Casi la totalidad de 168 mil muertos y tres millones de personas damnificados por el desastre pertenecen a Aceh, provincia que ocupa el norte de la isla de Sumatra y frente a cuya costa estuvo el epicentro del terremoto de 8.9 grados de magnitud que formó las olas gigantes.
Las autoridades indonesias han invertido en la reconstrucción de Aceh el 93.1 por ciento de los 7,200 millones de dólares (5,151 millones de euros) que la comunidad internacional donó.
La destrucción inmensa que sufrió Aceh, con pueblos costeros completamente borrados del mapa, ha dejado paso en cuatro años a nuevas casas, escuelas, ambulatorios, carreteras y puentes, en una actividad laboral que reavivó la economía local.
Los acehnenses temen ahora, con la tasa de desempleo en torno al diez por ciento, que cuando se acabe el dinero de la reconstrucción vuelvan los malos tiempos.
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, no acudió hoy a las ceremonias en Aceh y visitó la isla de Célebes, en el norte del país, para supervisar un simulacro de alerta de tsunami.
El mes pasado, el mandatario inauguró un sistema de detección temprana de olas gigantes que emplea tecnología alemana y que pagó Alemania con 45 millones de euros (62.9 millones de dólares).
Consiste en una serie de sensores situados en el fondo marino que envían señales a un total de 22 boyas situadas en superficie cada vez que se detectan movimientos sísmicos y los flotadores transmiten inmediatamente la información a un centro de control permanente en tierra firme, desde el que se aleta de peligro de maremoto.