Latina, Italia. Los cambios pueden llegar lentamente a la centenaria industria vinícola de Italia, pero la pandemia de coronavirus ha alterado radicalmente el camino del vino a la mesa en cuestión de meses, empezando con la vendimia de otoño.

En el viñedo de Casale Del Giglio en la región de Agro Pontino, al sur de Roma, un grupo de trabajadores se movía constantemente por los viñedos portando mascarillas bajo un calor abrasador de septiembre. Dejaban caer los racimos de uvas moradas Petit Verdot en cubetas negras y luego las arrojaban a la parte trasera de una camioneta que retumbaba entre las hileras.

Antonia Palma ha trabajado para Casale Del Giglio desde hace 13 años, conduciendo 70 kilómetros (43 millas) todos los días. Donde el viñedo alguna vez subió a ocho trabajadores en un vehículo, ahora sólo puede haber dos. Llevan su propio almuerzo porque el comedor está cerrado, a fin de evitar aglomeraciones y reducir las probabilidades de contagio.

Trabajadores recolectan uvas Petit Verdot en el viñedo de Casale del Giglio, en Latina, cerca de Roma.
Trabajadores recolectan uvas Petit Verdot en el viñedo de Casale del Giglio, en Latina, cerca de Roma. (Alessandra Tarantino)

La industria vinícola de Italia fue una de las primeras en verse afectadas luego de los primeros brotes del virus a finales de febrero y de que el país se volviera el epicentro de la pandemia en Europa. El colapso del turismo y el cierre de restaurantes y tiendas de vino dañaron gravemente las ventas.

“Fue un momento terrible para todos. Fue muy difícil porque tuvimos un colapso en nuestras ventas, un gran susto y temíamos el futuro”, comentó Antonio Santarelli, propietario de Casale Del Giglio, mientras estaba de pie entre barricas de vino almacenadas en la bodega del viñedo.

Sin embargo, no todos los cambios son malos, incluso cuando se deben a una pandemia. Obligados a permanecer en casa, muchas personas están bebiendo durante sus comidas en casa en lugar de ir a restaurantes. La presencia de clientes que compran por internet ha aumentado en los sitios web de los productores para ordenar vino.

Los coleccionistas también están sacando sus costosas botellas en lugar de guardarlas para futuras celebraciones, mientras que los residentes de la zona, una vez libres de los confinamientos, acudieron a los viñedos locales en una de sus primeras salidas.