Teheran.- Hace tres semanas, un clérigo allegado al presidente iraní se deleitaba anunciando públicamente que la crisis financiera mundial era un castigo divino a Estados Unidos. Pero su risa le duró poco.

Irán se sumió esta semana en una crisis de ásperas recriminaciones políticas, dirigidas mayormente contra el presidente Mahmud Ahmadinejad, mientras las autoridades y los ciudadanos advertían asombrados que la república islámica también enfrenta una severa crisis económica.

A medida que caen los precios del petróleo debido a la depresión mundial, Irán se ve atrapado en un dilema clásico: el gobierno de Ahmadinejad no ahorró lo suficiente de los miles de millones de dólares que había ganado durante los años de bonanza petrolera para hacer frente ahora a las vacas flacas.

El mismo problema aflige a Venezuela y, en menor medida, a Rusia, mientras las tres naciones lidian con la declinación de los precios del petróleo.

Pero en Irán la crisis económica ha entrado en el terreno político. Las preocupaciones económicas son la cuestión clave para Ahmadinejad —muy impopular— que pretende buscar la reelección.

Los críticos dicen que ha despilfarrado las ganancias petroleras con costosas importaciones subsidiadas, desde fruta y otros productos hasta la gasolina que la nación debe importar debido a una escasez de operaciones de refinación.

"El pueblo iraní tuvo una oportunidad histórica. Pero la enterró con las políticas equivocadas de este gobierno", opinó Mohsen Safaei Farahani, ex legislador y economista reformista.

Entre las estadísticas ominosas reveladas esta semana: al gobierno le quedarían solamente unos 9.000 millones de dólares de reservas en divisas fuertes, según un funcionario aliado del presidente que dio esa cifra a la prensa. Pero otros funcionarios lo desmintieron y dijeron que la nación todavía tenía entre $20,000 millones y $25,000 millones.

De todos modos las cifras relativamente bajas sorprendieron a la nación y una agencia estatal envió el lunes un informe investigativo al líder supremo iraní, ayatola Ali Jamenei, y al parlamento, acusando al gobierno de transgresiones financieras. Se le acusó entre otras cosas de retirar dinero ilegalmente de ese fondo.

Hay pocas dudas de que Irán debería estar nadando en dinero, según una revisión de estadísticas de la Associated Press: Irán prácticamente triplicó sus ganancias petroleras en los últimos años.

Economistas iraníes contactados por la AP calcularon que el gobierno ganó más de $200,000 millones por sus exportaciones petroleras en los tres últimos años, durante el gobierno de Ahmadinejad, con un promedio de $66,000 millones anuales, en comparación con $173,000 millones ganados en los ocho años a un promedio de $21,000 millones anuales.

Con esos ingresos, Irán pudo haber forjado una reserva de $100,000 millones en divisas fuertes, dijo un economista, Mohammad Bagher Nowbakht.

Irán es el cuarto productor petrolero del mundo y el petróleo representa el 80% del presupuesto del gobierno, calcularon economistas.