Roma. Unos 50,000 bares, restaurantes o discotecas corren el riesgo de echar el cierre definitivamente en Italia tras la pandemia, advirtió este lunes la Federación nacional de establecimientos públicos (FIPE), que exigió medidas “urgentes” al Gobierno.

La federación calcula que el bloqueo del país para evitar los contagios por el coronavirus costará unos 30,000 millones de euros en pérdidas a bares, restaurantes, pizzerías, discotecas, pastelerías, catering, cadenas de restauración o chiringuitos.

El sector se encuentra en una “crisis profunda” que amenaza con cerrar definitivamente 50,000 establecimientos y acabar con 300,000 puestos de trabajo, debido a que el país se encuentra confinado.

Según el portal de la Universidad John Hopkins, en Italia se han contagiado sobre 170,000 personas y han muerto 23,000.

La FIPE, integrada en la mayor patronal de Italia, Confcomercio, advierte de que ante este horizonte "muchos empresarios están valorando no reabrir sus establecimientos porque las medidas de apoyo al sector son todavía gravemente insuficientes".

El Gobierno de Italia decretó el pasado 11 de marzo el "bloqueo total" de todo el país para frenar la pandemia, confinando a la población y cerrando los establecimientos no esenciales, como los bares o restaurantes, que sí pueden enviar comida a domicilio.

En las calles del país quedan abiertas farmacias, parafarmacias o tiendas de alimentación, a las que los clientes entran en pequeños grupos, pero el pasado 10 de abril el Gobierno permitió también la reapertura de tiendas de ropa para niños, librerías o papelerías.

La FIPE denuncia que las ayudas hasta ahora al sector son “una respuesta parcial” pues aún no se ha garantizado su liquidez y la garantía propuesta por el Estado para préstamos máximos de 25,000 euros está “lejos de las exigencias de las empresas”.

Pesan también una "burocracia asfixiante" y la continuidad de sus obligaciones fiscales, por lo que estos establecimientos deben aún pagar la tasa de ocupación de suelo público mientras se fuerza su cierre, así como la de basuras a pesar de no generar desechos.

El Gobierno estudia la reapertura gradual del país a partir del 4 de mayo, al constatar una tendencia a la baja de la pandemia, y la FIPE pide "un esfuerzo" para salvar al sector de la restauración.

“Pedimos ayuda y un esfuerzo más para salvar una porción de nuestro sistema productivo que con 85,000 millones de facturación 1.2 millones de empleados, es la locomotora del turismo y la economía del país”, dice el presidente de la FIPE, Lino Stoppani.