Italia se prepara para enfrentar nuevas restricciones introducidas por el gobierno que regirán a partir de este lunes en algunas regiones, incluida Lombardía. Mientras tanto, la isla de Cerdeña ingresa en el mejor estándar de clasificación, zona blanca, que equivale a una zona casi libre de casos donde se levantaron la mayoría de las restricciones.

Si bien en las últimas horas hubo una caída en los contagios, con 18,916 casos confirmados, lo significativo es que, en una semana, los casos positivos de coronavirus aumentaron un 29% en Italia y las admisiones en unidades de cuidados intensivos escalaron un 21%.

Los expertos comienzan a referirse a “la tercera ola” y toman estos “aumentos importantes” como posibles indicadores, según explicó un análisis de datos realizado por el físico Giorgio Sestili, fundador de una red de comunicación científica. El aumento del 29% en los casos durante los siete días anteriores es “un aumento importante, ya que los casos se habían estabilizado en las cinco semanas anteriores”.

Las 20 regiones italianas se dividen en zonas de acuerdo al nivel de peligrosidad del virus: amarillas (riesgo moderado), naranjas (riesgo medio) y rojas (riesgo alto). Lombardía, las Marcas y Piemonte pasarán de la zona amarilla a la zona naranja. Las regiones de Basilicata y Molise, en el sur de Italia, pasarán a la zona roja, de mayor riesgo.

Es la primera vez que una región pasa a ser zona blanca. Cerdeña volverá a la normalidad luego de que se levanten la gran mayoría de las restricciones, excepto las de llevar barbijo y el distanciamiento social.

La decisión de pasar a la zona “sin riesgo” se debe a que Cerdeña ha registrado durante tres semanas consecutivas menos de 50 nuevos casos por cada 100,000 habitantes. Ante las medidas, reabrirán los restaurantes, los cines, teatros, gimnasios y piletas.

A pesar de las buenas noticias, Cerdeña no planea relajarse ya que la situación en el resto de Italia sigue siendo delicada. Ha decidido abrir sus actividades con cautela, “bajo vigilancia”.

Otras ciudades

Italia no es el único país europeo en avanzar hacia nuevas restricciones sanitarias ante el temor por la llamada tercera ola de coronavirus, agravada por la demora en la producción y distribución de vacunas.

Francia

El primer ministro Jean Castex pidió a las autoridades de más de veinte departamentos, incluido París, que endurezcan las restricciones.

El jefe de Gobierno instó “a realizar consultas en profundidad y tomar medidas inmediatas, como el fortalecimiento de los controles, la optimización de la campaña de vacunación, el despliegue de pruebas en los establecimientos educativos y cumplimiento de las directivas relativas al teletrabajo”, según un comunicado oficial.

Desde hoy rige un bloqueo parcial en varias regiones de Francia que se vieron particularmente afectadas por el virus, como Niza, en el sur, y Dunkerque, en el norte.

Francia, cuya situación estable parece estar deteriorándose, registró 3.7 millones de casos y 86,000 fallecidos desde el inicio de la pandemia.

Alemania

El gobierno de Ángela Merkel, afectado por la escasez de vacunas, analiza extender hasta el 17 de marzo las restricciones de entrada en el país de personas procedentes de zonas en las que las variantes del virus se propagaron sin control, según medios locales.

La prohibición de entrada por el momento afecta a turistas procedentes de República Checa y de amplias áreas de la región del Tirol, en Austria. Estaría en vigor hasta el 3 de marzo.

República Checa

El gobierno checo prevé aplicar las medidas más estrictas desde el inicio de la pandemia para evitar un colapso sanitario, al estar cerca de llegar a los 20,000 fallecidos por Covid.

Durante al menos tres semanas a partir del lunes, el país restringirá los viajes entre localidades y cerrará todas las escuelas y algunos de los comercios que están abiertos, informó el primer ministro Andrej Babis.