
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
PUBLICIDAD
Canadá (AP) — Un juez canadiense falló ayer, jueves, que un sujeto, acusado de decapitar a un hombre y de comer partes del cuerpo de su víctima en un autobús, no puede ser declarado penalmente responsable debido a problemas mentales.
Ello significa que el inmigrante chino Vince Li recibirá tratamiento en una institución mental en lugar de ir a prisión. La familia de la víctima, Tim McLean, dijo que Li se salió con la suya.
"A pesar de eso se cometió un crimen aquí, un asesinato", dijo Carol deDelley, madre de McLean. "No había nadie más en ese autobús portando un cuchillo y cortando a mi hijo".
En julio, Li apuñaló a McLean decenas de veces y luego descuartizó el cadáver, causando la huida del resto de los pasajeros.
El juez John Scurfield dijo que el ataque fue "una barbaridad" pero refleja "claramente un desorden mental".
"No comprendió que los actos que cometía eran moralmente equivocados", dijo Scurfield.
Tanto la fiscalía como la defensa consideraron que Li no puede ser procesado penalmente porque padece esquizofrenia y pensaba que Dios quería que matara a McLean porque el joven era maligno.
Li será internado sin que se le registren antecedentes criminales. Un panel especializado en salud mental lo evaluará cada año y determinaría si se le puede dejar en libertad.
DeDelley dijo que la realización de la evaluación anual es algo ridículo y que Li debe de pasar el resto de su vida detenido.
El hecho de que Li mató al empleado de feria de 22 años nunca fue puesto en duda en el juicio y el propio Li de hecho lo confesó, pero se declaró inocente.
Testigos dijeron que Li atacó a McLean sin provocación alguna mientras el autobús viajaba de noche por un tramo desolado de la Carretera Transcanadiense.
La gente huyó y se quedó fuera del autobús mientras Li apuñalaba a McLean varias veces, decapitándolo y mutilando el cuerpo. Tras quedar encerrado en el vehículo, Li intentó escapar por una ventaja y fue detenido.
Li pidió disculpas y le rogó a la policía que lo matara.