La Abuna Yemata Guh es una iglesia monolítica o iglesia rupestre, que es considerada como uno de los lugares de culto más inaccesibles del mundo. Se encuentra ubicada en Hawzen Woredda de la región de Tigray, Etiopía, y está situada a una altura de 8,465 pies (2,580 metros).

Una iglesia monolítica hace referencia a una de las formas más básicas de arquitectura monolítica. Estos lugares de culto han sido excavados en el suelo o en la cara de una colina o montaña y, en cuanto a su complejidad constructiva, son comparables a las imponentes construcciones edificadas.

La iglesia está tallada en un acantilado de arenisca, hecho también de piedras arenisca y solo se puede llegar a ella subiendo a pie. Tiene una cúpula y pinturas murales que datan del siglo V.

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Etiopía presume de ser el primer país cristiano de África, pues la religión llegó en el siglo IV. Además, es la segunda nación del mundo en adoptar esa religión como oficial, después de Armenia.

La iglesia está tallada en un acantilado de arenisca, hecho también de piedras arenisca y solo se puede llegar a ella subiendo a pie.
La iglesia está tallada en un acantilado de arenisca, hecho también de piedras arenisca y solo se puede llegar a ella subiendo a pie. (El Tiempo / GDA)

Historiadores de la región mencionan que la iglesia Abuna Yemata, habría sido fundada por Yemata, uno de los Nueve Santos, es decir, el grupo de predicadores originarios de Etiopía que expandieron la palabra de Dios por el país.

Abuna Yemata Guh es parte de la denominación ortodoxa etíope y tiene una rica historia. Es una de las más de 100 iglesias excavadas en la roca en el norte de Etiopía, pero se destaca como la única que requiere escalar un acantilado de más de 9,000 pies de altura (2,800 metros) para llegar.

Las pinturas de la iglesia del siglo VI, realizadas con grasa animal, se han conservado gracias al clima árido de la región. Las paredes de la iglesia están adornadas con retratos de personajes bíblicos y representaciones de parábolas.

Esta iglesia fue tallada al costado de un acantilado y, para poder llegar a ella, los visitantes deben cruzar por un puente natural de piedra, que tiene una caída de 820 pies (250 metros) por cada lado, abordar una pasarela de madera estrecha y seguir por un acceso de roca vertical, donde se deben tener de manos y pies, además, se debe ingresar descalzo, porque este lugar es considerado sagrado.

El Padre Assefa, devoto de Abuna Yemata Guh, aseguró que las rutas están bendecidas. “Nadie ha muerto nunca. Nuestro santo patrón salva a los que caen con su viento. Se devuelven a la cornisa desde la mitad de la altura”, alegó.

El Padre Assefa afirmó que su abuelo también fue sacerdote de Abuna Yemata Guh y generaciones de sacerdotes han sido enterrados entre las rocas. Este lugar fue construido por San Abuna Yemata, uno de los nueve santos que salieron de Siria, Constantinopla o Roma, para llevar el cristianismo a Etiopía.