La Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció este martes una primera ayuda de $25 millones para dar apoyo humanitario a los afectados por los terremotos registrados en Turquía y Siria, que según las cifras más recientes han dejado unos 31,000 heridos y alrededor de 7,800 muertos.

El dinero procede del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de Naciones Unidas, que la organización usa habitualmente para actuar inmediatamente ante crisis de este tipo.

“Mientras que la gente de la región lidia con las devastadoras consecuencias de esta tragedia, queremos decirles que no están solos”, señaló el jefe humanitario de la organización, Martin Griffiths.

“La comunidad humanitaria los apoyará en cada paso de la salida a esta crisis”, añadió en un comunicado.

Según las cifras más recientes, alrededor de 7,800 personas han muerto y alrededor de 31,000 han resultado heridas en Turquía y Siria debido a los dos devastadores terremotos del lunes, mientras continúan las labores de rescate con el temor de que haya aún cientos o miles de personas atrapadas bajo los escombros.

La ONU, además, dijo que está preparando un convoy con ayuda humanitaria para apoyar a zonas del norte de Siria bajo control rebelde y que se han visto afectadas por los terremotos de este lunes.

El convoy puede partir en los próximos días desde el interior de Siria, cruzando las líneas del frente que mantiene al país dividido, según explicó el portavoz Stéphane Dujarric durante su conferencia de prensa diaria.

Aunque en el pasado se envió por esa vía apoyo humanitario a esas zonas, la mayor parte de la ayuda ingresa en la provincia de Idlib -el último gran bastión opositor- por un cruce fronterizo con Turquía gracias a una autorización del Consejo de Seguridad de la ONU y a pesar de la oposición de Damasco.

Ese punto de acceso, el paso de Bab al Hawa, está “intacto” tras los terremotos, pero la carretera que lleva a él ha sufrido daños, lo que ha complicado temporalmente las posibilidades de usar el cruce, según explicó Dujarric.

Varias fuentes, tanto en Siria como internacionales, habían hablado en las últimas horas de daños en el cruce fronterizo, pero el portavoz insistió en que los problemas están en las vías de acceso a él.

Las provincias septentrionales de Idlib y Alepo han sido las más golpeadas por los sismos de este lunes.

En total, entre zonas opositoras y gubernamentales, se ha informado hasta ahora de la muerte de 1,832 personas en Siria, más otras 3,849 que han resultado heridas.

Los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas en manos de la oposición, alertó este martes de que “se está agotando el tiempo” para encontrar a supervivientes y recordó que “cientos” de personas continúan atrapadas.

El embajador sirio ante la ONU, Bassam Sabbagh, se reunió ayer con el jefe de la organización, António Guterres, y subrayó que el Gobierno de Bachar al Asad está “listo” para coordinar la asistencia a “todo el territorio” del país, incluido aquel bajo control rebelde.

Sabbah, preguntado este martes por los periodistas, insistió en que es posible llevar ayuda a Idlib a través de las líneas del frente y pidió a cualquier país que quiera apoyar a la población que se organice con Damasco para hacerlo.