La pandemia y el ambiente de inseguridad en la capital colombiana han provocado el cierre de cerca de 25 moteles en Bogotá. A la merma del 40% de los ingresos de esa industria, según InHotelCol y Asomoteles (organizaciones que agrupan a los comerciantes de ese sector), se suma una nueva práctica, el “cruising” o sexo en lugares públicos, una tendencia al parecer cada vez más popular en esa ciudad, según el periódico El Tiempo.

Y al parecer, hay una simple razón para eso. Las leyes colombianas prácticamente no penalizan esa práctica.

El cruising usualmente, es del gusto de personas que quieren tener sexo casual, sin una relación sentimental de por medio. No en vano, desde hace varios años se ha alertado sobre el crecimiento de plataformas en las que algunos ciudadanos pactan los encuentros esporádicos. Las autoridades han alertado sobre los peligros que habría detrás.

En medio del regreso a la presencialidad de los últimos dos años, tras la emergencia sanitaria, su incidencia habría aumentado.

En Colombia no hay un delito que sancione a alguien por hacer esos actos en público. Sin embargo, sí hay un reproche legal y unas sanciones administrativas previstas en el Código de Policía.

El numeral 2 del artículo 33 del Código señala que es un comportamiento que afecta la tranquilidad y relaciones respetuosas de las personas, y por lo tanto no debe efectuarse, el “realizar actos sexuales o de exhibicionismo que generen molestia a la comunidad”.

La realización de esta conducta, señala esta norma, acarrea la imposición de una multa general tipo 3, que son 16 salarios mínimos diarios legales vigentes. A precios de 2023, un salario mínimo diario equivale a 38,667 pesos, por lo cual la multa por realizar actos sexuales en público sería de 618,672 pesos (equivalente a $151.00.)

No obstante, también hay que tener en cuenta que en marzo de 2023 la Corte Constitucional le puso límite a la aplicación de esta sanción del Código de Policía. En particular la Corte se pronunció sobre la sanción por exhibicionismo y determinó que esto solo sería sancionable si la exposición de los órganos genitales se hace para generar acoso o violencia sexual.

Según Sonia Pérez, directora ejecutiva de InHotelCol, los lugares públicos que algunos consideran como ‘escondidos’ se han vuelto una opción apetecida. No en vano, se señala que la práctica del ‘cruising’ sería un factor adicional que ha ahondado la crisis de los moteles en la capital del país, que ya se veía afectada por la poca confianza del público en la seguridad. “La inseguridad ha hecho que la gente ya no quiera salir a la calle a tener vida nocturna”, expresó en el informe relacionado de la sección Bogotá.