Beirut. Miles de personas contienen el aliento a la espera de noticias sobre sus seres queridos aún desaparecidos por los terremotos en el último bastión opositor del noroeste de Siria, donde no ha entrado ninguna ayuda en los últimos tres días pese a los repetidos llamamientos desde la empobrecida región.

Vecinos, combatientes locales y rescatistas de los denominados Cascos Blancos llevan adelante las operaciones de rescate en las zonas de las provincias de Idlib y Alepo en manos de la oposición, las más afectadas y donde residen más de 4 millones de personas ya de antes dependientes de la asistencia humanitaria.

Los Cascos Blancos han alertado reiteradamente de que no cuentan con suficiente maquinaria para el desescombro, entre otros recursos, y estiman que “cientos” de personas continúan sepultadas bajo los edificios derrumbados dos días y medio después del seísmo inicial, con cada vez menos posibilidades de sobrevivir.

En total, la cifra de muertos en todo el país asciende ya a 2,662 y la de heridos a 4,985.

Se estima que "cientos" de personas continúan sepultadas bajo los edificios derrumbados dos días y medio después del seísmo inicial. (EFE/EPA/YAHYA NEMAH)
Se estima que "cientos" de personas continúan sepultadas bajo los edificios derrumbados dos días y medio después del seísmo inicial. (EFE/EPA/YAHYA NEMAH) (YAHYA NEMAH)

Sin ayuda desde el lunes

Las autoridades responsables del paso fronterizo de Bab al Hawa, que une Idlib con Turquía y la única vía de entrada de suministros a estas áreas opositoras, aseguraron hoy en un comunicado que “no ha llegado a las zonas liberadas del noroeste de Siria ninguna ayuda de ninguna entidad, sea de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) o de fuera de la ONU”.

La única otra alternativa son los denominados envíos “translineales” desde áreas en manos del Gobierno de Bachar al Asad, una opción que presenta muchas limitaciones y que la ONU planea utilizar para hacer llegar un convoy al noroeste en los próximos días, según su portavoz Stéphane Dujarric.

Un responsable del cruce de Bab al Hawa que pidió el anonimato confirmó a EFE que hasta el momento solo han pasado por allí cadáveres de refugiados sirios que fallecieron en territorio turco a causa del terremoto, para ser enterrados en sus lugares de origen en Siria.

Aunque las carreteras que llevan al paso fronterizo han quedado dañadas por los seísmos, la fuente se preguntó “¿cómo decenas de coches llegan al cruce con los cuerpos de los mártires, pero los convoyes humanitarios no son capaces de llegar?”, especialmente cuando la ONU tiene un almacén a tan solo un kilómetro de distancia.

Según su relato, la infraestructura de Bab al Hawa tampoco ha sufrido ningún derrumbe parcial ni sufre problemas técnicos que impidan el tránsito desde ninguno de los dos lados.

La distribución de ayuda a estas áreas suele ser compleja debido a que en ellas operan una miríada de grupos insurgentes, en el caso de Idlib principalmente el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, antes denominada Frente al Nusra.

Diferencias en la asistencia

A las zonas controladas por el Gobierno de Al Asad, sí han arribado suministros y personal de rescate enviados principalmente por países de la región como Argelia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Libia, el Líbano Irak o Irán, además de algunos aviones procedentes de más lejos.

Al Asad ha recibido promesas de ayuda y llamadas de solidaridad de los líderes de estas y otras naciones, parte de las cuales no habían mantenido contactos diplomáticos con Damasco desde su brutal represión de las revueltas populares desatadas en el país en marzo de 2011.

Muchos activistas e internautas sirios han criticado las diferencias entre la cantidad de ayuda recibida por Turquía, más afectada por el seísmo, y la obtenida por el Gobierno sirio, marginada desde hace años por la comunidad internacional debido a sus políticas totalitarias y abusos de los derechos humanos.

En una entrevista con el canal libanés Al Mayadín de la que hoy se hace eco SANA, el ministro sirio de Exteriores, Faisal al Miqdad, denunció que también las sanciones internacionales contra Damasco “exacerbaron el desastre”, pese a que según las leyes internacionales estas no se aplican a la ayuda humanitaria.

Más de cuatro mil personas han muerto y miles de edificios han colapsado.

Sin embargo, la Comisión Europea negó hoy “categóricamente” que sus sanciones afecten al envío de asistencia por el terremoto y pidió a los miembros del bloque comunitario que respondan a una petición recibida hoy del Ejecutivo sirio, que solicitó materiales médicos y de primeros auxilios.

El comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, aseguró que el Gobierno de Siria se ha puesto en contacto esta misma mañana con el Ejecutivo comunitario para pedirle el envío de material médico y de primeros auxilios y el responsable comunitario solicitó, a su vez, a los países de la Unión Europea que acudan en su ayuda.

“Rechazo categóricamente las acusaciones de que las sanciones de la Unión Europea hayan tenido algún impacto en la ayuda humanitaria”, dijo Lenarcic, que recordó que las medidas restrictivas se han impuesto contra miembros del régimen y contra sectores económicos determinados.

En concreto, la UE ha sancionado a 291 personas -desde miembros del Gobierno a empresarios cercanos al régimen, pasando por personal del Ejército- y a 70 entidades, por estar obteniendo “grandes beneficios” a causa de la guerra. Ninguno de ellos puede entrar a un país del club comunitario y se les han congelado sus bienes y activos en la UE.

También existen sanciones contra sectores económicos concretos, como la prohibición a exportar e importar petróleo de Siria y sus derivados o el veto a la venta de bienes de doble uso que se puedan usar para reprimir a la población, así como el intercambio de bienes de lujo o de piezas culturales que se han expropiado ilegalmente del país.

Lenarcic aseguró que la UE ha ayudado y financiado durante más de una década a las organizaciones humanitarias con las que colabora en Siria y afirmó que el terremoto del pasado lunes “no ha hecho más que agravar la ya dramática situación humanitaria” en el país.

El comisario dijo que Bruselas ha aumentado la colaboración con estas organizaciones, que, según dijo, han redistribuido parte de la ayuda recibida anteriormente para responder a esta última catástrofe y al mismo tiempo, señaló que la Comisión “vigilará” que la asistencia que ha pedido hoy el Gobierno sirio llegue a los destinatarios previstos.

Según el portal de seguimiento de vuelos “Flightradar24″, más de 100 vuelos procedentes de diversos países, principalmente europeos y árabes, transitaron por el espacio aéreo de Turquía sobre 12:00 p.m., hora local, con destino a los aeropuertos de Ankara, Estambul y Adana, donde hay una gran concentración de aviones de cargamento.

A la misma hora, por el espacio aéreo sirio pasaban apenas tres aeronaves de cargamento, que se dirigían a Damasco y procedían de Egipto, Irak y el Líbano, de acuerdo con el mismo portal.