Deir al-Balah, Franja de Gaza. Los principales líderes religiosos en Jerusalén se dirigieron a Gaza el viernes en una rara visita de solidaridad al territorio, un día después de que un proyectil israelí impactó en su única iglesia católica y mató a tres personas.

El patriarca latino de Jerusalén, el arzobispo católico Pierbattista Pizzaballa, y su homólogo ortodoxo griego, Teófilo III, ingresaron al sitiado enclave palestino por la mañana para expresar la “preocupación pastoral compartida de las Iglesias de Tierra Santa”, según un comunicado del Patriarcado Latino de Jerusalén.

Los religiosos y sus delegaciones llegaron a la Iglesia católica de la Sagrada Familia por la tarde. Además de los tres fallecidos, otras 10 personas resultaron heridas, incluyendo el sacerdote del templo. El complejo eclesiástico sufrió daños.

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La comitiva tenía previsto enviar también cientos de toneladas de ayuda alimentaria, suministros médicos y equipos a las familias en Gaza, según el patriarcado, que añadió que había “asegurado la evacuación” de los heridos en el ataque a hospitales fuera de Gaza.

El incidente fue condenado por líderes mundiales y figuras religiosas. El papa León XIV renovó el jueves su llamado a un alto el fuego inmediato en respuesta al operativo, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para expresarle su frustración.

Israel mostró el jueves su pesar por lo que describió como un accidente y dijo que estaba investigando lo ocurrido.

La visita de los líderes religiosos el viernes supuso una inusual entrada al territorio por parte de una delegación extranjera. A excepción del goteo de trabajadores humanitarios y de un pequeño número de palestinos que necesitan atención médica fuera del territorio, muy pocos han podido entrar o salir de Gaza desde el inicio de la última ofensiva de Israel en mayo.

En el momento del ataque, el complejo de la iglesia albergaba tanto a cristianos como a musulmanes, incluidos varios niños con discapacidad, según Fadel Naem, director interino del Hospital Al-Ahli, que recibió a los heridos.

La organización benéfica católica Caritas Jerusalén señaló que el conserje de la parroquia, de 60 años, y una mujer de 84 que recibía apoyo psicosocial dentro de una tienda del grupo en el complejo, murieron en el ataque. El sacerdote de la parroquia, Gabriel Romanelli, sufrió heridas leves.

“El Patriarcado Latino mantiene su compromiso con la comunidad cristiana y con toda la población de Gaza. No serán olvidados ni abandonados”, manifestó Caritas.

Netanyahu declaró en un comunicado que Israel “lamenta profundamente que una munición perdida haya impactado en la Iglesia de la Sagrada Familia de Gaza”.

El ejército israelí apuntó que una evaluación inicial indicó que “fragmentos de un proyectil disparado durante un operativo en la zona impactaron en la iglesia por error”. La investigación sigue abierta, agregó.

Israel ha atacado repetidamente escuelas, refugios, hospitales y otros edificios civiles, acusando a los insurgentes de Hamás de esconderse dentro y culpándolos por las muertes de civiles. Los palestinos sostienen que ningún lugar ha parecido seguro desde el inicio de la ofensiva terrestre y aérea israelí tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.

Los insurgentes palestinos, liderados por Hamás, mataron a unas 1,200 personas, en su mayoría civiles, en su asalto transfronterizo y tomaron a 251 más como rehenes. La mayoría de los cautivos fueron liberados en acuerdos de alto el fuego o de otro tipo. Se cree que en la Franja hay todavía 50 retenidos, de los cuales menos de la mitad seguirían vivos.

La ofensiva de Israel se ha cobrado la vida de más de 58,600 palestinos, según el Ministerio de Salud gazatí, que sostiene que más de la mitad eran mujeres y menores. El conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes

El ministerio forma parte del gobierno dirigido por Hamás, pero está dirigido por profesionales sanitarios. Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales consideran que sus cifras son el conteo más fiable de las bajas de guerra.