París. El sillón número 18 de la Academia Francesa será, desde hoy, el primero en dar asiento a un autor que siempre escribió en español en la institución fundada en 1635 por el cardenal Richelieu.

Y es que, a sus 86 años, el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa fue recibido como uno más entre los “inmortales”, los grandes custodios de las letras galas.

Vargas Llosa, Nobel de Literatura de 2010, se mostró hoy “muy contento” por su ingreso, aunque nervioso por su discurso en francés, en el que criticó las “pantomimas” de democracia como la “Rusia de Vladimir Putin”.

“Me gustaría agradecer mucho a la Academia Francesa, primero por recibirme, y luego a las personas que han trabajado, entre ellos mi hijo Álvaro”, dijo a la prensa al salir de la solemne ceremonia, celebrada en la sede del Instituto de Francia, en París.

“Estaba muy preocupado por cómo iba a sonar mi discurso, porque hace muchos años que no hablo francés, aunque leo siempre a los escritores franceses, sobre todo a los clásicos, mucho”, reconoció.

También dijo que la ceremonia le había parecido “magnífica” y que le había gustado especialmente la exposición que sus nuevos compañeros de sillón habían hecho para realzar su obra.

“Mi esperanza es venir 15 días para no descuidar tampoco la Academia española, venir 15 días a la Academia Francesa y 15 días a la Academia española”, explicó.

Vargas Llosa, de 86 años, agradeció también la asistencia a la ceremonia del rey emérito Juan Carlos I, una figura con la que, según él, habría que tener “un poco más de comprensión y de agradecimiento”, ya que de él “depende en gran parte la libertad de la que gozamos hoy en España”.

Juan Carlos I llega a la ceremonia en honor del escritor peruano Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa en París este jueves. (EFE/EPA/TERESA SUÁREZ)
Juan Carlos I llega a la ceremonia en honor del escritor peruano Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa en París este jueves. (EFE/EPA/TERESA SUÁREZ) (TERESA SUAREZ)

En su discurso bajo la cúpula del Instituto de Francia, en la sala de ceremonias de la Academia Francesa, el autor de “La fiesta del Chivo” resaltó la influencia de la literatura francesa y, en especial, de la figura de Flaubert, en su escritura.

En su discurso ante los miembros de esta institución creada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por la lengua francesa, destacó que “fue en Francia - ¡qué paradoja! - donde comencé a sentirme un escritor peruano y latinoamericano”.

Igualmente, hizo un alegato por la libertad y dijo que “la novela salvará la democracia o se echará a perder con ella y desaparecerá”.

En esa línea, criticó la “caricatura que los países totalitarios nos venden como novelas pero que solo existen después de haber pasado por la censura que las mutila, a fin apuntalar de las instituciones fantasmagóricas de tales pantomimas de democracia como de las que nos da ejemplo la Rusia de Vladimir Putin”.

El acto comenzó a las 3:00 p.m., hora local, y algunas de sus pautas se remontan a hace 350 años, dentro de una tradición en la que figuran nombres célebres como Montesquieu (nombrado académico en 1727), Victor Hugo (1841), Louis Pasteur (1881), Alexis de Tocqueville (1841), Jean Cocteau (1955) o Claude Lévi-Strauss (1973).

Morgana Vargas Llosa, hija del autor, acompañó a su padre a Francia para celebrar la ingresión a la institución.

También estaba en París la exesposa del autor de “Travesuras de la niña mala”, Patricia Llosa, según hizo saber a través de las redes sociales el primogénito de ambos, Álvaro Vargas Llosa.

Vargas Llosa, de 86 años, ya fue “instalado” la semana pasada, en privado, en su puesto: el sillón 18 que dejó vacante el filósofo Michel Serres en 2019.

En ese acto privado sus colegas le asignaron una palabra del diccionario para que improvisara una reflexión -en este caso” fue “Xérès” (Jerez)- y se le hizo entrega de la medalla de la institución.

Pero fue hoy cuando utilizó por primera vez el tradicional traje oscuro bordados de hojas verdes de olivo en la casaca -que portan los académicos desde comienzos del siglo XIX- y, si sigue la tradición, una espada forjada para la ocasión.

Mientras, recibió anoche la espada ceremonial que llevará hoy, y que le entregó la “secretaria perpetua” de la institución, la historiadora y politóloga Hélène Carrère d’Encausse, en el puesto desde 1990.

Mario Vargas Llosa posa para fotografías en la biblioteca del Instituto Francés en París este 9 de febrero vestido con el tradicional traje bordado con hojas de olivo. (EFE/EPA/TERESA SUÁREZ)
Mario Vargas Llosa posa para fotografías en la biblioteca del Instituto Francés en París este 9 de febrero vestido con el tradicional traje bordado con hojas de olivo. (EFE/EPA/TERESA SUÁREZ) (TERESA SUAREZ)

Se los conoce como “los inmortales” por el lema “À l’immortalité” (A la inmortalidad), que figura en el sello dado a la Academia por el propio Richelieu y que hace referencia a su misión de “portadores de la lengua francesa”. Los inmortales” se reúnen una vez por semana, cada jueves en privado y a las 3:00 p.m. Su misión es contribuir al perfeccionamiento de la lengua francesa y actualizar el diccionario.

La elección de Vargas Llosa como nuevo miembro de la Academia tuvo lugar en noviembre de 2021 y ya generó entonces críticas de grupos de intelectuales franceses, tanto porque el Nobel de 2010 nunca ha escrito en lengua francesa como por sus posiciones políticas, que algunos consideraron próximas a la extrema derecha.

Su edad de ingreso tampoco sigue los cánones de la institución, que desde 2010 había establecido un tope de 75 años como máximo para presentarse como candidato a uno de los 40 sillones.