Matrimonio perdió a sus tres hijos en la discoteca del Jet Set
Carlos Severino y su esposa manifestaron querer justicia, aunque confesaron que aún no han procedido a querellarse ante las autoridades.

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El fallecimiento de un hijo es desgarrador, es un dolor que solo los padres que han pasado por un proceso así pueden imaginar, porque no hay palabras para describirlo.
A Carlos Severino y su esposa Anni Gómez la vida los golpeó de manera abrupta, llevándose a sus tres hijos la trágica noche de aquel ocho de abril en la discoteca del Jet Set.
Darianny Escarling Severino Gómez, de 31 años; Diego Armando Severino Gómez, de 27, y Marianny Scarlet Severino Gómez, de 23, eran el fruto de un matrimonio de 35 años, donde siempre reinó el amor, la unión y la complicidad.
Periodistas del Listín Diario visitaron a Carlos Severino y a su esposa en su residencia, donde tambien vivían sus hijos.
Sentado en un mueble, con pausas, y entre lágrimas que no pudo contener, narró todo lo que vivieron desde la noche del infortunio.
Para su familia, era un lunes como cualquier otro. A las 6:00 de la tarde todos acostumbraban a reunirse en casa luego de llegar de sus respectivos trabajos, y posteriormente los hijos de Severino empezaron a alistarse para irse a la discoteca del Jet Set. Iban a celebrar un cumpleaños.
“A las 8:00 (de la noche) se comenzaron a preparar, modelándole a su mamá y preguntando que cómo se veían. Yo estoy sentado y ya a las 8:30 ellos se van y como siempre, antes de salir me dijeron: ‘Bendición papi, bendición mami’, y uno le contesta: ‘La bendición mis hijos, vayan con Dios‘. Estas fueron las últimas palabras que dijo Carlos Severino a sus hijos.
Según su padre Darianny, Marianny y Diego tenían previsto salir del Jet Set a la 1:00 de la madrugada del martes, ya que por regla del hogar a las 12:00 de la medianoche, máximo 1:00 de la madrugada, tenían que estar en casa.
A la 1:20 de la mañana, Carlos contó que entró a su habitación y junto a su esposa esperaban que sus hijos llegaran, sin embargo, el viacrucis de la pareja de esposos inició con la llamada de un amigo.
“Un amigo de nosotros nos llama, mi esposa coge el celular. Entonces él le dice: ‘¿Supieron algo del accidente y los muchachos?’ Mi esposa brinca y cuelga el celular sin querer y grita ‘¡Mis hijos!’ “, dijo Severino al describir el momento.
Tras esto, Severino tomó el celular y su amigo lo volvió a llamar, y le explicó que había ocurrido un incidente. Detalló que pensaron se trataba de un accidente de tránsito, pero su amigo le cuenta que se había derrumbado el techo del Jet Set.
“Yo salgo, me paro aquí en el balcón y estoy mirando por si acaso, porque yo dije: ‘No, ellos iban a salir a la 1:00 de la mañana’, luego nos enteramos que el suceso pasó a las 12:44 de la madrugada”, dijo.
Ante la noticia, ambos padres se dirigieron al Jet Set. “Al llegar allí, que yo veo esto totalmente desplomado solo me puse la mano en la cabeza y dije: ‘Dios mío‘”.
Rápidamente se dirigió a la puerta de la discoteca, donde empezaban a sacar las víctimas. Con un nudo en la garganta, Carlos dijo que el tercer cádaver que sacaron de los escombros fue el de su hijo, Diego Armando, a quien reconoció por el pantalón.
“Ahí empezó el viacrucis, tú ver un hijo en los pies. Luego me voy a la puerta, porque faltan las dos hembras”, detalló entre lágrimas.
El cuerpo de Diego Armando fue velado el jueves 10 de abril a las 10:00 de la mañana, dos días después de la tragedia, mientras sus padres todavía no obtenían noticias de Marianny y Darianny.
Tras cuatro días de búsqueda en hospitales, en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y en la zona cero, la madrugada del sábado 12 abril a Carlos Severino le entregaron los cadáveres de sus dos hijas, quienes fueron sepultadas ese mismo día.
Cabizbajo y sin aguantar la pena, Severino externó que “desde ahí, desde ese día 8 lo que se ha vivido es totalmente una pesadumbre. Es como si fuese un sueño donde yo creo que todavía no hemos despertado”.
Describió que eran un equipo de cinco, sus tres hijos, su esposa y él, donde los domingos eran en familia, compartir y pasarla bien, “no necesitabamos una sexta persona para hacer can, para relajar”.
Agregó que los planes eran en equipo, siempre planificaban viajes para Semana Santa o ante alguna inquietud, siempre le consultaban y se llevaban de sus consejos.
Al hablar de sus hijos, mencionó que Darianny era graduada de Administración Hotelera y trabajaba para una empresa del área y en sus proyectos estaba comprar un apartamento y tener un hijo.
Diego Armando tenía aspiraciones en los negocios, era un joven emprendedor que compraba vehículos para revenderlos.
Mientras que Marianny estaba en la universidad estudiando Administración de Empresas, también inglés. “El sueño de ella era durar un buen tiempo en su trabajo y ya luego como joven hacía su negocio también, compraba ropa y carteras para vender”.
“Darianny Escarly era la perfeccionista, le gustaba toda la perfección. Diego Armando era trabajador, serio, responsable y con muchas aspiraciones. Mariany, la más pequeña, era el refrejo de la dulzura, era la que unía las dos familias, era la que hacía los canes, la encargaba de preparar todo”, comentó.
Luego de la tragedia, Carlos y su esposa pasaron la primera Semana Santa sin sus hijos, por lo que mencionó seguir sin ellos fue “abrumador, caótico. Cada día que pasa, cada segundo que pasa es como si fuese un sueño, es como que yo me levanto por la mañana y espero que Mari salga a besarme la mano”.
“Éramos una familia de cinco, cinco miembros y se destruyó todo en tres horas. En tres horas se destruyó todo, toda la felicidad, todos los planes, los proyectos que ellos tenían como como jóvenes, proyectos de superación, proyectos de integridad, y todo se fue”, pronunció en medio de lágrimas.
Al perder a sus tres hijos, Carlos Severino y su esposa manifestaron querer justicia, aunque confesaron que aún no han procedido a querellarse ante las autoridades.
“No se ha hecho, pero sí queremos justicia. Sabemos que lamentablemente se vive un país difícil, pero queremos la justicia de este país porque somos dominicanos, pero también está la primera justicia que es la divina, y de esa nadie puede (escaparse)”, manifestó el padre.
Para seguir adelante, Severino declaró que ha sido agarrado de Dios y pidiéndole fortalezas para afrontar el dolor.
“Pero lo único es aprovechar el tiempo, aprovechar el tiempo con los hijos, aprovechar el tiempo con la familia. Sí le pudimos sacar el mejor provecho a nuestros hijos porque fueron muchas las aventuras que tuvimos, fue mucho lo que compartimos, pero también era mucho lo que había que compartir”, finalizó.