Brasilia. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, puso en funciones este jueves a su nuevo ministro de Turismo, Gilson Machado, quien volvió a pedir que no se decreten otras restricciones frente a la pandemia de covid-19, porque el sector no lo resistirá.

“Hago un llamado. El turismo no aguanta más cierres”, declaró el nuevo ministro al tomar posesión de su cargo, en momentos en que los Gobiernos regionales y municipales barajan la posibilidad de ordenar nuevas medidas restrictivas frente al fuerte aumento de fallecidos y contagios registrados en el país en las últimas semanas.

Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia y ya suma cerca de 184,000 muertos y supera los 7 millones de casos.

Machado se quejó en particular de una decisión anunciada este miércoles por un tribunal de Buzios, un balneario en el litoral de Río de Janeiro, que emplazó a los turistas a abandonar la ciudad en 72 horas y ordenó a las autoridades municipales decretar un nuevo confinamiento.

“Por favor, no decreten más cierres. El turismo no aguanta más”, declaró Machado frente a la mirada consentidora de Bolsonaro, quien no se refirió al asunto, pero subrayó que el Gobierno ha decidido destinar 20,000 millones de reales (4,000 millones de dólares) a la compra inmediata de vacunas para la covid-19.

En un breve discurso, Bolsonaro sí insistió en su queja sobre las normas ambientales que muchas veces impiden o limitan el desarrollo de nuevos proyectos turísticos.

Como en otras ocasiones, citó el caso de la bahía de Angra dos Reis, también en litoral del estado de Río de Janeiro, sobre la cual sostiene que podría convertirse en un “nuevo Cancún” si no fuera por decretos de protección del medioambiente que impiden construir hoteles y otras infraestructuras turísticas en ese lugar.

“Tenemos un área que Dios nos dio llamada Bahía de Angra dos Reis. Quien pasó por allá no olvida su agua limpia, sin muchas olas, pero es prácticamente inviable para el turismo por esos decretos ambientales”, declaró Bolsonaro.

Según el mandatario, empresarios extranjeros estarían dispuestos a invertir millones de dólares para el desarrollo turístico de esa zona, pero “están impedidos por decretos ambientales que deberían ser derogados por el Parlamento”.

Bolsonaro insistió además en que, pese a que recibe un promedio anual de seis millones de turistas extranjeros, Brasil puede “fortalecer su crecimiento” con esa actividad, que sería mucho más atractiva para los visitantes de otros países si las medidas que protegen el medioambiente fueran relajadas.

En ese punto coincidió Machado, designado ministro de Turismo la semana pasada después de la destitución de Marcelo Alvaro Antonio, quien expuso unas serias divergencias con otros miembros del gabinete que Bolsonaro consideró inaceptables.

El nuevo ministro presidía hasta ahora la Empresa Brasileña de Turismo (Embratur) y en los últimos meses ha acompañado a Bolsonaro en sus viajes al interior del país, en los que suele animar los actos oficiales al son de un acordeón que él mismo toca.

Machado tiene la mayor confianza con Bolsonaro y es cercano a los grupos más ultraconservadores del Gobierno, que en los últimos meses han perdido espacio frente a las fuerzas políticas de la derecha más moderada.