BEIJING (AP) Protestas encabezadas por monjes budistas se tornaron violentas ayer, con incendio de tiendas y de vehículos policiales, y disparos de armas de fuego en las calles de Lhasa, la antigua capital de Tíbet.

Al mismo tiempo, en el norte de la India, un centenar de exiliados tibetanos fueron detenidos en una marcha hacia China contra la realización de los Juegos Olímpicos de Beijing.

Las mayores manifestaciones en dos décadas contra el régimen impuesto por Beijing en Tíbet hace 57 años se producen en un momento crucial para China, que intenta presentarse como un país próspero donde reina la paz interior, de cara a las Olimpiadas de agosto.

Testigos dijeron haber escuchado disparos y visto vehículos en llamas en el Barkor, el distrito comercial en el centro de Lhasa. Manifestantes arrojaban piedras a las fuerzas de seguridad y a los ventanales de restaurantes y hoteles.

Las protestas que comenzaron el lunes, encabezadas por cientos de monjes budistas, aparentemente atraían a multitudes de personas.

Se incendiaron tiendas en las dos arterias principales que rodean el templo Jokhang, el monasterio Ramoche y el mercado Chomsigkang, todos rodeados de humo espeso.

“Había caos por todas partes. Pude ver incendios, humo, autos y motocicletas en llamas”, dijo un guía tibetano que habló bajo la condición de anonimato por temor a sufrir represalias. Añadió que toda la calle frente a la zona comercial Barkor, que rodea el templo Jokhang, “parece estar en llamas”.

El guía dijo que policías antimotines respaldados por vehículos blindados bloqueaban las intersecciones principales en el centro de la ciudad y la gran plaza frente al Potala, el antiguo palacio de invierno del Dalai Lama, el gobernante budista de Tíbet en el exilio.

“Al acercarme a la Plaza Potala escuché disparos de cañones, más fuertes que los rifles. Otros me dijeron que la policía lanzaba gases lacrimógenos en el Beijing Zhonglu, al oeste de Potala.

Se abren las venas

Dos monjes budistas permanecen en estado crítico tras intentar abrirse las venas en señal de "desesperación" cerca de la capital del Tíbet, Lhasa, mientras continúan las protestas locales contra China, según una fuente de las autoridades tibetanas citada hoy por la emisora "Radio Free Asia".

Los dos monjes, Kalsang y Damchoe, se cortaron también el pecho y las manos, tras lo cual ambos fueron trasladados a una clínica situada en un monasterio en lugar de a un hospital.

"Hay muchos otros monjes que se han causado heridas en señal de desesperación, y las protestas continúan dentro del monasterio (de Drepung)", dijo la fuente al servicio tibetano de la emisora estadounidense.

Otra fuente señaló que es muy poco probable que los monjes que intentaron suicidarse sobrevivan.