
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
PUBLICIDAD
BEIRUT (AP) Imad Mughniyeh, el extremista musulmán acusado de ataques que dejaron muertos a centenares de estadounidenses e israelíes, incluyendo el secuestro de un avión de TWA en 1985, murió en un atentado, dijo ayer Hezbollah.
El grupo islámico libanés responsabilizó a Israel por la muerte, pero no dijo cómo murió Mughniyeh. Sin embargo, medios de prensa en el Oriente Medio dijeron que el miliciano murió en un atentado con un coche-bomba en Siria.
El Gobierno de Israel negó haber tenido que ver con el atentado y dijo que estaba estudiando los reportes desde Siria y Líbano sobre la muerte.
La oficina del primer ministro israelí Ehud Olmert dijo en una declaración que “Israel rechaza el intento de grupos terroristas de atribuirle cualquier participación en ese hecho”.
La muerte de Mugniyeh es un duro golpe para Hezbollah y para sus patrocinadores Siria e Irán.
En Teherán, el portavoz de la cancillería iraní Mohammad Ali Husseini expresó su “fuerte condena” al atentado y culpó a Israel.
“Esta acción es otro ejemplo descarado de terrorismo de Estado por el régimen sionista”, dijo Husseini, de acuerdo con la agencia noticiosa estatal IRNA, y llamó a la comunidad internacional a “impedir que el régimen sionista tome esas acciones que son una clara violación de las leyes internacionales”.
Mughniyeh, que había estado oculto durante años, estaba entre los fugitivos acusados en Estados Unidos por el secuestro en 1985 de un avión de pasajeros de TWA, en el que fue asesinado un buzo de la Armada norteamericana. Además, era sospechoso de ser el autor intelectual de ataques contra la embajada estadounidense y una base de infantes de marina en el Líbano que mataron a más de 260 norteamericanos en la década de 1980 cuando Mughniyeh era jefe de seguridad de Hezbollah.
Se sospecha que Mughniyeh, de 45 años, era además el líder de un grupo que secuestró a ciudadanos de Occidente en el Líbano en los ochenta, entre ellos el periodista Terry Anderson, el entonces corresponsal de Associated Press en el Oriente Medio que fue mantenido como rehén durante seis años.