Laura Sofía murió en medio de una cirugía estética en Bogotá. Había viajado desde España a con la idea de mejorar algunos aspectos de su apariencia física, pero ella, ni su familia nunca se imaginó que encontraría la muerte.

La joven víctima estaba tan emocionada que había enviado el dinero con antelación y había cancelado la totalidad del monto de su intervención.  Por ahora se sabe que la intervención quirúrgica se habría realizado el viernes 15 de septiembre y que allí, habría perdido la vida.

Gabriela Duarte, allegada de la víctima, dijo que la joven fue operada por la cirujana Brenda Selecta, quien se había presentado a la familia como médica esteticista. “Ella tuvo mucho poder de convencimiento y por eso Sofía aceptó operarse con esta mujer”.

Añadió que a eso de la 1 de la tarde del día de la operación, Sofía salió muy mal de la intervención y comenzó a convulsionar y además, en un descuido, la paciente se les cayó de la camilla. “Las convulsiones aumentaron y Sofía se comenzó a torcer. Por eso la llevaron a la Clínica el Olaya y allá sus signos vitales eran muy bajos. La entubaron, pero ella no sobrevivió”.

Si operarse con un cirujano plástico certificado trae riesgos que son advertidos antes de la intervención, hacérsela con esteticistas, médicos no acreditados o sin especializaciones, estilistas o simplemente, particulares, es prácticamente un suicidio. Este año ya se han conocido los dramas que viven mujeres que tomaron la decisión de intervenirse sin medir las consecuencias y las de sus familias si estas pacientes mueren.

Según la Secretaría Distrital de Salud en Bogotá (SDS), entre los años 2020 y 2022, se recibieron quejas de siete fallecimientos de pacientes. A estas personas se les realizaron cirugías plásticas y estéticas y en todas hubo fallas en la atención o la prestación de servicios de salud. Lo más grave es que este año, este diario ha conocido de varios casos en los que, sobre todo mujeres, padecen el drama de intervenciones quirúrgicas riesgosas e invasivas y lo peor: quienes las hicieron no eran profesionales idóneos.

Según los registros del aplicativo Sígueme Q, de la SDS para los años 2020, 2021 y 2022, se presentaron 404 quejas por presuntas fallas en la calidad de la prestación de los servicios de salud en procedimientos de estética y cirugía plástica en Bogotá.

Esta entidad realiza cinco clases de visitas a los prestadores de servicios de salud, entre ellos a los que ofertan y prestan servicios de cirugía y procedimientos estéticos: verificación previa a la inscripción de una nueva Institución Prestadora de Servicios de Salud, cumplimiento de las condiciones del Sistema Único de Habilitación, presuntas fallas en la calidad de la prestación de los servicios de salud, búsqueda activa para verificar la inscripción en el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS), de toda persona o institución que se encuentre ofertando y prestando servicios de salud y visitas de reactivación.

Según La Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS) hubo un aumento general del 19.3 % en los procedimientos realizados por cirujanos plásticos en 2021 con más de 12.8 millones de procedimientos quirúrgicos y 17.5 millones de procedimientos no quirúrgicos realizados en todo el mundo. Los cinco más populares siguen siendo la liposucción, el aumento de busto, la cirugía de párpados, la rinoplastia y abdominoplastia. Los cinco procedimientos no quirúrgicos principales son la toxina botulínica, el ácido hialurónico, la depilación, el estiramiento de la piel y la reducción de grasa. Los procedimientos quirúrgicos se siguen realizando principalmente en hospitales (43.5 %en todo el mundo) o en consultorios (35.6 %).

Los países que reciben la mayor proporción de pacientes extranjeros son Turquía, Colombia, México y Tailandia. Esto es bueno para el gremio, solo que de esta demanda se siguen aprovechando personas fraudulentas.