Una remota comunidad al noroeste de la capital de Panamá esperaba el lunes la presencia de funcionarios del Ministerio Público para trasladar los cuerpos de nueve niños y dos mujeres, una de ellas embarazada, que murieron al colapsar un rancho en el que se refugiaron en medio de la crecida de un río que terminó arrastrándolos.

La tragedia ocurrió en la localidad de Calovébora, en la provincia central de Veraguas, una zona remota en la vertiente del Caribe. Funcionarios de Defensa Civil y policías del Servicio Aeronaval encontraron el domingo entrada la noche el cuerpo de un niño de cuatro años, el último de las 11 personas que habían desaparecido al colapsar el rancho adonde se refugiaron.

El presidente Laurentino Cortizo lamentó lo ocurrido en Veraguas. “Extiendo mis condolencias a toda la familia y a la comunidad”, dijo en un comunicado. El gobierno dijo que está enviando asistencia social a la familia afectada.

El director del Sistema Nacional de Protección, Carlos Rumbo, dijo que las víctimas fueron cinco niñas y cuatro niños de entre cuatro y 12 años. También murieron dos mujeres, una de ellas embarazada de ocho meses.

Las víctimas son miembros de una familia de 17 integrantes que vivían en la casa que se anegó por la crecida del río Bejuco debido a las intensas lluvias registradas el fin de semana. Varias residencias de esa zona remota están ubicadas muy cerca de las márgenes del río, que es su principal recurso de subsistencia.

Rumbo explicó que cuando el río se desbordó los adultos buscaron refugio para los niños en un tambo -una especie de rancho con estructuras de madera y techo de hojas de palma que tiene una planta alta-.

“En el momento en que todos se encuentran adentro, arriba del tambo, colapsa la madera y todos vuelven a caer al agua. La corriente como se encontraba fuerte los arrastra a 50 metros y lamentablemente fallecen las 11 personas”, describió el director de Sistema Nacional de Protección a medios de prensa.