Mujeres árabes comparten experiencias para mejorar la ley familiar en Egipto
Buscan consejo para reformar la norma que regula los asuntos relativos al matrimonio y la familia y lograr mayor igualdad.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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El Cairo.- Tuteladas por una de las leyes más obsoletas y discriminatorias de la región, las mujeres egipcias buscan consejo para reformar la norma que regula los asuntos relativos al matrimonio y la familia y lograr mayor igualdad.
Para ayudarlas en este objetivo, organizaciones de mujeres de varios países árabes compartieron hoy y ayer en El Cairo experiencias y recomendaciones sobre cómo modificar la denominada ley del estatuto personal.
Al encuentro, organizado por la Unión Feminista Egipcia y financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID), asistieron representantes de países del Norte de África y Oriente Medio, entre ellos Irak, Jordania, Túnez, Argelia y Marruecos.
Una de las organizadoras, Fatma Badran, explicó en declaraciones a Efe que las activistas egipcias ya han identificado qué debe ser modificado en la ley local y han seguido las reformas introducidas recientemente en otros países vecinos para mejorar la situación de las mujeres y los niños.
"Hemos invitado a estos países para que nos aconsejen sobre las reformas legales y, sobre todo, cómo aplicarlas e implementarlas para conseguir una mayor igualdad en la práctica", dijo Badran, quien agregó que los países asistentes tienen legislaciones menos discriminatorias que la vigente en Egipto.
"La ley egipcia es muy vieja, del año 1920. Aunque se han introducido cambios en las pasadas décadas, debe ser redactada de nuevo en su totalidad para garantizar los derechos de la familia y, en especial, de los niños", destacó Badran.
La activista feminista y otras expertas legales presentes en la conferencia, que tuvo lugar en el hotel Ramses Hilton de El Cairo, destacaron que las normas relativas al divorcio, como la custodia de los hijos, son las más discriminatorias para la mujer.
"Ahora mismo la ley egipcia presenta muchos fallos, por ejemplo, los hijos pueden ver al progenitor (que no tiene la custodia) sólo tres horas por semana y sólo en un lugar público", detalló Thanaa Al Shamy, abogada egipcia independiente.
Desde Kuwait, Shaika al Nusf también subrayó que la pensión de las mujeres divorciadas o la manutención de los hijos no son equitativos en el sistema legal egipcio.
"La ley kuwaití (del año 2000) es mucho más avanzada que la egipcia en estos asuntos, aunque todavía necesita mejoras para que los derechos de las mujeres sean reconocidos de la misma forma que los de los hombres", admitió Al Nusf, de la primera y más antigua asociación de mujeres de Kuwait, fundada en 1963.
Por su parte, la directora de la Organización Iraquí para las Mujeres y exparlamentaria Nada Ibrahim destacó la importancia de reformar la ley del estatuto personal en Egipto y en todos los países árabes, coincidiendo con los cambios políticos acontecidos tras las revueltas del 2011.
"En Egipto hay voluntad política para cambiar la ley y es importante que (para ello) estén cooperando con otros países árabes, como Irak y Marruecos, que tienen leyes muy avanzadas", declaró Ibrahim.
"También es muy importante que Egipto aplique los tratados internacionales relativos a los derechos de las mujeres y de los niños", añadió la representante de Irak.
Desde la Unión Feminista Egipcia aseguran que existe voluntad por parte de las autoridades egipcias para enmendar la ley del estatuto personal en estos momentos y que el clima en el país es propicio, pero habrá que esperar a la elección de un nuevo parlamento, prevista para finales de 2015.
Las recomendaciones y reflexiones recogidas durante los dos días de reuniones serán remitidas a las autoridades competentes, aunque todavía quedan muchos pasos y probablemente bastante tiempo para que los egipcios vean una nueva ley familiar.
Las dificultades de modificar las leyes del estatuto personal en el mundo árabe se deben a la existencia de normas sociales conservadoras, no sólo ligadas a la religión islámica, sino también a tradiciones arraigadas, difíciles de cuestionar y cambiar a favor de una mayor equidad.