Bangok. El jefe del gobierno de Myanmar prometió el domingo aumentar las acciones contra milicias internas que combaten al gobierno militar y afirmó que las fuerzas armadas las “aniquilarán”.

En un discurso en un desfile militar por el Día de las Fuerzas Armadas, el general Min Aung Hlaing instó a las minorías étnicas a no apoyar a grupos contrarios al régimen militar descartó negociar con ellos.

El ejército arrebató el poder el año pasado al gobierno elegido democráticamente de Aung San Suu Kyi. Las fuerzas de seguridad emplearon armas letales para sofocar las protestas masivas en todo el país y mataron a más de 1,700 civiles, según un detallado conteo de la Asociación de Asistencia para los Presos Políticos.

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Obligados a renunciar a las protestas masivas, muchos de los que se oponen al régimen militar tomaron las armas y formaron cientos de milicias conocidas como Fuerzas de Defensa Popular. En algunas partes del país han unido fuerzas con grupos armados étnicos bien organizados y con experiencia de combate que llevan décadas peleando para reclamar más autonomía.

Min Aung Hlaing dijo a miles de militares en el desfile en la capital, Naipyidó, dijo que no negociaría con “grupos terroristas y sus aliados por matar a personas inocentes” y que amenazaban la paz y la seguridad.

El ejército, conocido como Tatmadaw, “les aniquilará hasta el final”, dijo, según una traducción oficial de su discurso.

Su gobierno ha designado como grupos terroristas a importantes organizaciones de resistencia, sin importar de si están relacionadas directamente con la lucha armada. La pertenencia o incluso el contacto con ellas supone duras sanciones.

Pese a una enorme superioridad numérica y de equipamiento, el ejército de Myanmar ha tenido problemas para derrotar a las nuevas milicias. Superadas en número y potencia de fuego, las milicias han aprovechado el apoyo de poblaciones locales y su conocimiento del terreno para realizar ataques frecuentes e inesperadamente eficaces contra convoyes, patrullas, puestos de vigilancia, comisarías y bases aisladas en zonas remotas.

Pese a los riesgos, el domingo había protestas convocadas en Yangón, la ciudad más grande del país, y otros lugares. Para evitar detenciones y lesiones, las protestas urbanas suelen ser acciones rápidas conocidas como “flash mobs”, que permiten huir a los asistentes antes de que reaccionen las fuerzas de seguridad.

El principal grupo opositor, el autodenominado Gobierno de Unidad Nacional, instó a la gente a sumarse a su “huelga energética” el domingo apagando la luz y los televisores durante 30 horas durante la emisión del desfile militar en los canales estatales.