El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, admitió este martes que el Ejército israelí mató de forma “no intencionada” a los siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen (WCK) que fallecieron en la madrugada en la Franja de Gaza.

Las tropas aún no han sacado conclusiones, pero el Ejército encargó una investigación independiente al Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos (FFAM), un cuerpo liderado por un mayor general, encargado de ofrecer la mayor información posible para decidir si se abre una investigación criminal sobre incidentes en combate.

Según el medio Haaretz, que cita a fuentes de defensa, un dron israelí llegó a disparar tres veces contra un convoy de World Central Kitchen en la ciudad de Deir al Balah, en el centro del enclave, a pesar de que los coches estaban claramente marcados con el logotipo de la organización.

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El grupo, que se encarga de repartir alimentos y comidas preparadas en lugares en conflicto o afectados por desastres, confirmó que entre los muertos hay ciudadanos australianos, británicos, polacos, palestinos y un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense y canadiense.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, identificó a una de las trabajadoras humanitarias como Zomi Frankcom, encargada de las operaciones de Asia de WCK, y pidió a Israel rendir cuentas por su muerte.

Se trata de los primeros trabajadores humanitarios extranjeros asesinados en la guerra de Gaza desde el 7 de octubre, un conflicto que ya se ha cobrado más de 32.900 víctimas, la mayoría mujeres y niños.

La Media Luna Roja palestina ha recuperado los siete cuerpos, que serán evacuados a través del puesto fronterizo de Rafah, en el sur de la Franja.

A pesar del anuncio de WCK de que pausará sus operaciones en Gaza, el presidente de Chipre, Nikos Jristodoulidis, aseguró este martes que los envíos marítimos de ayuda humanitaria a Gaza continuarán.

El pasado sábado zarpó del puerto chipriota de Lárnaca una segunda flotilla con unas 400 toneladas de ayuda para la población atrapada por la guerra en Gaza, después de un primer envío a mediados de marzo con la nave española Open Arms.

Pero tras el ataque, esa flotilla ha puesto rumbo de vuelta a Chipre con gran parte de la carga sin entregar, ya que solo lograron desembarcar 100 toneladas, como parte del proyecto de corredor marítimo lanzado por la WCK con el visto bueno del Gobierno de Chipre, la Unión Europea, Israel y la Autoridad Nacional Palestina.

Las autoridades israelíes insistieron este martes en el papel “crítico” de la ONG fundada por el chef estadounidense de origen español José Andrés, de la que destacaron su apoyo poco después de los ataques de Hamás del 7 de octubre, que dejaron unas 1,200 personas muertas y más de 250 secuestrados y dieron pie a la guerra en Gaza.

Sin embargo, el coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos, Jamie McGoldrick, afirmó que el ataque a los siete trabajadores de WCK no es un incidente aislado.

“Para el 20 de marzo, al menos 196 trabajadores humanitarios habían muerto en los territorios palestinos ocupados desde octubre de 2023″, destacó McGoldrick, una cifra tres veces superior a los que han muerto en cualquier conflicto previo en todo un año.

En una de las cocinas de WCK en Rafah, en el sur de la Franja, los trabajadores se encontraban este martes en huelga, según pudo comprobar EFE.

Mientras, las autoridades israelíes insisten en que continúan los planes para una invasión terrestre del enclave gazatí, donde miles de palestinos han huido para buscar refugio desde que comenzó la guerra, a pesar de las advertencias de su principal socio militar, Estados Unidos, que no apoya la operación.

Israel argumenta que en la zona se esconden hasta 8.000 combatientes de Hamás, y que no logrará su objetivo de eliminar completamente al grupo palestino si no entra por tierra a Rafah.

Reaccionan Canadá y Australia

Canadá solicitó una “completa investigación” del ataque israelí contra el grupo de trabajadores humanitarios, y que “los responsables de estas muertes rindan cuentas”.

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, añadió en su cuenta de X que está “horrorizada” por el ataque de las fuerzas armadas israelíes contra los trabajadores humanitarios y confirmó que uno de los siete fallecidos es canadiense.

“Condenamos estos ataques y solicitamos una completa investigación. Canadá espera que todos los responsables de estas muertes rindan cuentas y se lo comunicaremos directamente a Israel”, subrayó.

La ministra canadiense señaló que “los ataques contra el personal humanitario son totalmente inaceptables” e insinuó que Israel podría estar violando sus responsabilidades legales al apuntar que “el derecho internacional humanitario debe ser respetado”.

Su declaración se produce después de que Australia también dijese que Israel tiene que rendir cuentas por el ataque en la madrugada del martes contra los trabajadores humanitarios de WCK en la Franja de Gaza en el que murieron ciudadanos palestinos, del Reino Unido, Polonia y Australia, así como una persona con doble nacionalidad de Estados Unidos y Canadá.

También este martes, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, pidió a Israel “una investigación rápida, completa e imparcial”.

Aunque las tropas israelíes han matado decenas de trabajadores humanitarios desde que invadió la Franja de Gaza en octubre, se cree que es la primera vez que los muertos son extranjeros.