Nueva Delhi. La investigación sobre el trágico accidente de un Boeing 787 de Air India que dejó 260 muertos en junio se encuentra bajo nuevas presiones, después de que un incidente con otra aeronave del mismo modelo diera pie a la hipótesis de un fallo eléctrico sistémico como posible causa de la tragedia.

El detonante de la crisis fue un suceso el pasado 4 de octubre en un vuelo de Air India a Birmingham (Reino Unido), cuando durante la maniobra de aterrizaje se desplegó inesperadamente la Turbina de Aire de Impacto (RAT), una pequeña hélice que se activa en escenarios de emergencia extrema para generar energía esencial para los controles de vuelo.

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El presidente de la Federación de Pilotos de la India (FIP), C.S. Randhawa, lo calificó en una carta enviada a los medios indios como algo nunca visto en sus 50 años de carrera, sugiriendo que el avión detectó erróneamente un fallo catastrófico.

El aparato aterrizó de forma segura, pero fue inmovilizado para su inspección.

Según la FIP, los datos iniciales apuntan a un fallo en la Unidad de Control de Energía del Bus (BPCU), el cerebro que gestiona toda la distribución eléctrica del 787, por lo que advierte que un defecto en esta unidad pueda enviar comandos erróneos a otros sistemas críticos.

“Estamos bastante convencidos de que un problema eléctrico pudo haber provocado el accidente del (vuelo) 171”, afirmó Randhawa. La hipótesis es que un fallo similar podría explicar por qué los interruptores de combustible del avión siniestrado en junio se cortaron sin intervención de los pilotos, como indicó el informe preliminar.

Esta situación ha traído a la memoria los problemas iniciales del Boeing 787 Dreamliner. En 2013, la flota mundial del modelo fue inmovilizada durante meses por una serie de incendios en sus baterías de iones de litio, lo que ya puso en evidencia la sensibilidad de su avanzado sistema eléctrico.

El sindicato de pilotos acusa al regulador indio de haber realizado una revisión superficial tras la tragedia de junio, centrada solo en los interruptores de combustible, e ignorando sus peticiones de un análisis eléctrico completo.

El accidente del vuelo AI-171 es una de las peores tragedias aéreas de la India. Mientras se espera el informe final, previsto para diciembre, la investigación se ve presionada no solo por los sindicatos, sino también por los familiares del piloto fallecido, que denuncian un intento de culparle para desviar la atención de un posible fallo técnico.

Este cúmulo de críticas y nuevas evidencias técnicas forman el telón de fondo de las declaraciones esta semana del ministro de Aviación Civil, K. Rammohan Naidu, quien se vio obligado a defender públicamente la integridad de la investigación.