Wellington. Nueva Zelanda dijo hoy que casi ha erradicado el coronavirus, con apenas una persona enferma entre los 5 millones de habitantes del país. Pero el avance de la pandemia no cesa en otras partes del mundo: India reportó otro récord diario de contagios y Pakistán batió su marca de fallecidos.

En Estados Unidos, el virus dejó sin trabajo a más de dos millones de personas la semana pasada a pesar de la reapertura gradual de negocios, avivando los temores a que esté causando daños profundos y potencialmente duraderos en la primera economía del mundo.

Las últimas cifras del Departamento de Trabajo de Estados Unidos elevan a 41 millones el total de estadounidenses que solicitaron ayudas al desempleo desde las cuarentenas declaradas para combatir la enfermedad a mediados de marzo.

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En Nueva Zelanda, las autoridades sanitarias llevan una semana sin detectar nuevos contagios. De las 1,504 personas infectadas allí, 22 han muerto y todas las demás, a excepción de una, se han recuperado ya. Las fronteras siguen cerradas y mantener la tasa de contagios cuando reabran supone un gran desafío.

India registró otro récord diario de casos confirmados con 7,466, a apenas unos días de que su cuarentena de dos meses finalice el domingo. Los nuevos lineamientos que se espera que el gobierno presente este fin de semana podrían ampliar el confinamiento en las zonas más golpeadas por la pandemia mientras promueven la actividad económica en otras zonas.

La mayoría de los contagios en India se concentran alrededor de sus principales ciudades, incluyendo Mumbai y Nueva Delhi, pero han subido en algunos de los estados más pobres del este a medida que los migrantes que perdieron sus empleos en las ciudades regresan a sus aldeas.

Pakistán confirmó hoy 57 decesos, su tasa diaria más alta desde el inicio del brote allí, para un total de 1,300 muertos en más de 64,000 infectados.

En Filipinas, el presidente Rodrigo Duterte decidió aliviar la cuarentena en la capital a partir del lunes, luego de más de dos meses de estrictas medidas impuestas por la policía y el ejército. Los contagios en Manila repuntaron recientemente, y el mandatario advirtió que la pandemia no se ha terminado y que el país sigue estando confinado.

En Estados Unidos, que es la nación con más victimas mortales y superó las 101,000, hay indicios alentadores en los datos económicos.

El número total de estadounidenses que reciben actualmente ayudas al desempleo bajó por primera vez desde el inicio de la crisis, de 25 a 21 millones. Y las primeras solicitudes de ayudas bajaron por octava semana consecutiva, a medida que los estados reabren de forma gradual las tiendas, restaurantes y otros negocios, y las fábricas automotrices vuelven a producir.

Varios países europeos adoptaron sólidos programas de ayudas sociales que aportan los salarios de millones de trabajadores que se quedaron temporalmente en el paro, manteniéndolos en nómina en lugar de sumarlos a las listas de desempleados. Pero los daños económicos van en aumento también allí.

En todo el mundo, el virus ha infectado a más de 5.8 millones de personas y mató a alrededor de 360,000, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Se cree que la dimensión real de la catástrofe es mucho mayor, y los expertos dicen que muchas víctimas murieron por el COVID-19 sin ser diagnosticadas.