La Habana. El independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, quien permaneció casi 36 años en cárceles de Estados Unidos, cerró hoy una visita a Cuba de casi dos semanas que concluyó con una reunión con el presidente de la isla, Raúl Castro.

Durante el "fraternal" encuentro, que tuvo lugar ayer sábado, Castro y López Rivera recordaron al líder de la revolución cubana, Fidel Castro, de cuyo fallecimiento se cumplió un año el sábado, refirió un reporte de la televisión estatal.

En el intercambio también participó el presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap), Fernando González, uno de los cinco agentes cubanos que cumplieron largas condenas por espionaje en cárceles de Estados Unidos, donde compartió celda con López Rivera durante cuatro años.

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Al despedirse de Cuba, el expreso político puertorriqueño dijo que su estancia "ha sido más feliz, más intensa y mucho más gratificante" de lo que esperaba.

López Rivera, quien viajó a Cuba acompañado de su hija Clarissa y de su nieta Karina, recibió dos condecoraciones cubanas, rindió homenaje a patriotas puertorriqueños y visitó el mausoleo donde descansa el guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara.

También estuvo ante la tumba de Fidel Castro en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

Los días en la isla "han sido gratos, inmensos y de aleccionadoras experiencias", declaró tras visitar la misión de Puerto Rico en La Habana.

López Rivera, de 74 años, fue liberado el pasado mayo, después de que el expresidente de Estados Unidos Barack Obama aprobara un indulto por el que se le conmutó su condena de 70 años de prisión, luego de haber cumplido casi 36 años, doce de ellos en régimen de estricto aislamiento.

Al ser encarcelado, el nacionalista boricua fue acusado por la Justicia estadounidense de sedición y vínculos con la organización independentista Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico, a la que se le atribuyen varios atentados en Estados Unidos.