
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Garhi Juda Bajsh.- Más de 150,000 pakistaníes se concentraron en el mausoleo donde se encuentran los restos de la ex primera ministra Benazir Bhutto el sábado, luego de una marcha de varios cientos de kilómetros (millas), para ofrecerle flores y besar su tumba en el primer aniversario de su muerte.
Algunos dolientes se golpearon la cabeza y el pecho, emitiendo lamentos. Varios estallaron en lágrimas.
“Me estoy llevando estas flores para mi casa y le presentaré a mis hijas este regalo”, dijo Saifullah Jan, de 41 años.
Bhutto fue muerta en un ataque a tiros y con un suicida armado de explosivos el 27 de diciembre del 2007, conforme dejaba una concentración en el poblado de Rawalpindi, en las afueras de Islamabad.
La ex primera ministro realizaba una campaña para posibilitar el regreso al poder de su Partido del Pueblo de Pakistán en las elecciones parlamentarias, un plan apoyado por Estados Unidos, que reconocía sus antecedentes de secularismo.
Su asesinato conmocionó al mundo, alimentando las reacciones negativas contra la creciente violencia miliciana en Pakistán, así como las teorías en el sentido de que las poderosas agencias de espionaje del país estuvieron implicadas en el asesinato.
Su viudo, Asif Ali Zardari, asumió el control del partido de Bhutto luego de su muerte y fue elegido presidente en septiembre, enfrentando una fuerte crisis económica y la creciente violencia rebelde, acusados de ataques contra las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Afganistán.