El Cairo. El jeque Jalifa bin Zayed al Nahyan, segundo presidente de la federación de Emiratos Árabes Unidos (EAU), falleció este viernes a los 73 años en su país, que gobernó durante años a través de su hermanastro y príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed, supuestamente por su frágil estado de salud.

La agencia oficial de noticias emiratí WAM anunció hoy el fallecimiento del jeque Jalifa, sin que por el momento se conozcan las circunstancias de la muerte del jefe de Estado que desapareció de la escena pública desde que sufriera en 2014 un derrame cerebral.

Nacido en 1948, Jalifa asumió la presidencia del país tras la muerte en 2004 de su padre, jeque Zayed bin Sultán al Nahyan, un hombre que unificó los siete emiratos que componen los EAU y logró coordinar su conversión de un desértico país en un rico Estado petrolero, estable y con la economía más dinámica de la zona.

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Educado en la Real Academia Militar de Sandhurst de Reino Unido el hijo mayor del jeque Zayed, Jalifa, tenía 20 años cuando en agosto de 1969 fue nombrado príncipe heredero de Abu Dabi y jefe del Departamento de Defensa de ese emirato, que se convertiría en las Fuerzas Armadas de los EAU.

En julio de 1971, año en el que el fundador de los EAU formó la federación, el jeque Jalifa asumió la presidencia del primer Consejo Local de Ministros de Abu Dabi, además de las carteras de defensa y finanzas de ese emirato.

Abu Dabi es la capital, al controlar la mayoría de las riquezas, mientras que el país se reparte en otros seis emiratos: Dubái, Ayman, Sharjah, Fujairah, Ras al Jaimah y Um al Qaiwain, cada uno de los cuales cuenta con un gobierno local, un gobernante y un príncipe heredero.

Entre 1971 y hasta que asumió la presidencia del país el 3 de noviembre de 2004, el jeque Jalifa ocupó cargos como gobernante de Abu Dabi y ministro de Defensa y Finanzas del emirato, vice primer ministro y presidente del Consejo Ejecutivo que sustituyó al gobierno local de ese emirato.

Además, se encargaba de los asuntos diarios de Abu Dabi durante varios años antes del fallecimiento de su padre, debido al mal estado de salud que el octogenario jeque Zayed sufría antes de su muerte.

Jalifa siguió los pasos de su padre y lideró la puesta en práctica en el país de numerosos proyectos de modernización y desarrollo, además de inversiones de miles de millones de dólares hasta que en 2014 sufrió un derrame cerebral del que fue operado de forma urgente en un hospital de su país.

Aunque la agencia WAM aseguró en su momento que su estado era “estable”, el jeque desapareció de la escena política e internacional, y casi no aparecía públicamente, cediendo esa labor a su hermanastro, Mohamed bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi desde 2004, quien se convirtió en los últimos años en la figura más fuerte de los EAU y líder de facto del país.

Pese a ello, el nombre de Jalifa estaba presente casi a diario, junto con una única imagen en los medios de comunicación emiratíes, pero también en instalaciones o edificaciones míticas del país, como el Burj Khalifa de Dubái, uno de los edificios más altos del mundo, bautizado a su nombre por su ayuda económica a ese emirato durante la crisis financiera que atravesó en 2008.