Ankara.- El presidente de Turquía, Abdullah G l, ha advertido hoy a Siria de que "la guerra fría ha acabado", tras expresar su decepción por el bloqueo de China y Rusia a la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra el régimen de Bachar al Asad.

"Todo el mundo debería darse cuenta de que el tiempo de la guerra fría ha acabado", dijo G l durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo surcoreano, Lee Myung-bak, en Ankara.

"El tiempo de utilizar el poder militar dentro de un país ha acabado", subrayó el presidente turco.

Según informó hoy la agencia de noticias semioficial Anadolu, las autoridades turcas están montando un campamento de casas prefabricadas con capacidad para acoger a unos 10 mil refugiados sirios.

Actualmente, alrededor de 9 mil sirios viven en media docena de campamentos en la provincia de Hatay, en el extremo sureste del país, alojados en tiendas de campaña.

Yusuf Odabas, gobernador de la provincia de Kilis, en el sureste del país, explicó que la nueva "ciudad prefabricada" se erigirá sobre unos 315 mil metros cuadrados y que ya se ha preparado un área para 200 viviendas con todas las infraestructuras necesarias.

Al terminar los trabajos habrá 2 mil casas prefabricadas, con electricidad, agua corriente y otras estructuras, aseguró.

El ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, prometió ayer en la Conferencia de Seguridad de Múnich que Turquía abrirá su puerta a todos los sirios que intenten escapar del régimen de Al Asad.

El verano pasado, el número de sirios acogidos en los campamentos de Hatay llegó a alcanzar los 14 mil pero luego cayó hasta los 7 mil y desde noviembre está volviendo a incrementarse de forma paulatina.

Recientemente, la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento turco visitó los campamentos de Hatay, donde preguntó a los refugiados por qué no regresaban a su país, aprovechando la amnistía general proclamada por el Gobierno de Al Asad.

Los refugiados explicaron que todos los que regresaron acabaron perseguidos y encarcelados.

Actualmente, los campos de refugiados disponen de un hospital y cuentan con 47 profesores que enseñan a los niños árabe y turco.

En cuanto esté lista la nueva "ciudad prefabricada", los sirios de los campamentos serán trasladados a las nuevas viviendas.