SANTIAGO DE CHILE.— Los profesores de escuelas públicas chilenas resolvieron, por un estrecho margen, rechazar la última oferta del gobierno y continuar un paro que se prolonga por 39 días y que ha dejado a centenares de miles de estudiantes sin clases, se informó la madrugada del jueves.

Los resultados fueron muy ajustados a pesar de que el máximo líder del gremio, Mario Aguilar, había llamado a los maestros a aceptar la oferta. Aguilar señaló que, si bien la propuesta del gobierno era insuficiente y no incluía dos demandas prioritarias, era el momento de replegarse para evitar el inicio de un desgaste del movimiento.

El 50,36% de los maestros votó a favor de continuar el paro iniciado el 3 de junio, mientras que un 49,64% se inclinó por aceptar la oferta oficial.

Aguilar dijo en rueda de prensa que están disponibles para seguir negociando. “Creo que no estamos tan lejos, creo que es posible”, señaló.

El gobierno ofreció crear una comisión que estudie el impago de asignaciones a más de 60.000 profesores durante la dictadura militar (1973-1990); pagar un bono trimestral de 45.000 pesos (unos 65 dólares) a las educadoras de alumnos con necesidades especiales y terminar con una de dos evaluaciones profesionales.

La ministra de Educación, Marcela Cubillos, rechazó pagar asignaciones por especialización a las educadoras de preescolar y alumnos con necesidades especiales, y se opuso a anular una decisión de transformar historia y educación física en asignaturas optativas para los últimos cursos del ciclo secundario.

Las maestras que dan clase a alumnos niños de hasta cuatro años o con necesidades especiales habían anticipado su rechazo a la propuesta del gobierno porque no se accedió a su demanda de una asignación por especialidad.

Si los profesores siguen con el paro se les descontarán de sus sueldos las horas no trabajadas porque, según Cubillos, no habría tiempo para recuperar las clases perdidas.

Hasta un millón de estudiantes perdieron clases al comienzo del paro, según los dirigentes gremiales. El gobierno ha dado una estimación de 600 mil  alumnos.

En Chile un 33% de la educación es pública y gratuita, y alrededor de 1.3 millones de estudiantes de familias más pobres dependen de ella, a pesar de que su calidad está muy cuestionada y sus alumnos obtienen mayoritariamente malos resultados en la prueba anual para acceder a las universidades chilenas.