Durante el conflicto en Siria, fue el jefe militar que en 2015 dio vuelta la guerra en favor del presidente Bashar al-Assad, recibiendo el apodo de “el carnicero de Siria” por la utilización de armas químicas y ataques aéreos indiscriminados provocando miles de víctimas civiles. Ahora, el galardonado “Héroe de la Federación de Rusia” Alexander Dvórnikov recibió del presidente ruso, Vladimir Putin, el encargo de apoderarse de toda la región oriental del Donbás, luego de los desastrosos resultados militares en el resto de Ucrania.

A 44 días de lo que Moscú llama una “operación militar especial” y que el resto del mundo denomina guerra, Dvórnikov quedó al mando del operativo, en el marco de un cambio de estrategia, según confirmó a la BBC un funcionario de alto nivel que pidió permanecer en el anonimato.

“Dvórnikov tiene una enorme experiencia en las operaciones rusas en Siria, esperamos que mejore la coordinación de las fuerzas rusas en Ucrania”, dijo.

El cambio, según analistas internacionales, es una prueba de las frustraciones de Moscú después de que los feroces combates de un mes y medio no dieron los resultados esperados por el Kremlin: no se tomó Kiev, no se derrocó al gobierno ucraniano, y el ejército no se rindió.

Además, entre las fuerzas rusas hubo mucha confusión en el mando de las tropas, frente a la formación ucraniana dirigida con astucia y habilidad por un solo hombre: Valeriy Zaluzhnyi, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

Los informes han sugerido que Putin quiere que sus fuerzas se hayan apoderado de Ucrania lo suficiente antes del 9 de mayo para declarar la victoria en el aniversario ruso de la rendición de la Alemania nazi en 1945, cuando se puso fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa.

Sin embargo, contra todo pronóstico, las fuerzas de Kiev han repelido con éxito a los ejércitos del Kremlin de varias regiones del país, causando grandes pérdidas al hacerlo. Con las fuerzas rusas debilitadas, pese a algunos avances existen dudas de que Moscú pueda mantener grandes regiones de Ucrania durante mucho tiempo contra las insurgencias locales y los contraataques militares.

Un hombre de Putin

Dvórnikov, nacido en 1961 en Primorsky Krai, en el Lejano Oriente ruso, de labios y ojos estrechos, en las fotos disponibles en la web aparece siempre de uniforme, junto al presidente ruso y otros soldados.

En Siria, utilizó patrones de ataque que imitaban los de la guerra en Chechenia, donde, como comandante, desplegó ofensivas en múltiples frentes con armas químicas, bombas guiadas y de racimo para devastar ciudades e inducir la rendición. En resumen, la llamada “técnica Grozny” de destrucción total.

En su larga carrera, Dvórnikov acumuló cargos y estrellas.

Entre otras cosas, en 2005, se convirtió en subcomandante y jefe de personal del 36º Ejército en el distrito militar de Siberia. En 2008 asumió el mando del Quinto Ejército de Bandera Roja.

El 13 de diciembre de 2012 fue ascendido a teniente general, mientras que en septiembre de 2015 asumió el mando de las fuerzas armadas rusas en Siria, cubriéndose de gloria.