
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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La memoria del generalísimo Chiang Kai-shek, desterrada por el independentismo taiwanés durante los ocho últimos años, vuelve a la isla después de la subida al poder del Partido Kuomintang (KMT), el pasado 20 de mayo.
Los mausoleos de Chiang Kai-shek y su hijo Chiang Ching-kuo, ambos ex presidentes de Taiwán, se reabrieron hoy a las visitas de públicas, en el distrito de Taoyuan, a pocos kilómetros de Taipei.
"Tras negociar con el Ministerio de Defensa, hemos logrado el permiso para reabrir el principal tesoro turístico de este distrito", dijo el magistrado Chu Li-luan.
La figura de Chiang Kai-shek despierta odios furibundos entre los independentistas taiwaneses y los descendientes de quienes sufrieron la represión durante los gobiernos autoritarios de Chiang sobre la isla, de 1945 a 1975.
"Chiang Kai-shek es un dictador sanguinario y el principal responsable de la matanza del 28 de febrero de 1947, en la que el Ejército Nacionalista Chino masacró a decenas de miles de taiwaneses", dice el parlamentario isleño Trong Chai, del independentista Partido Demócrata Progresista.
El ex presidente taiwanés, Chen Shui-bian, durante sus mandatos de 2000 a 2008, retiró las estatuas de Chiang y quitó su nombre de edificios, plazas, calles y monumentos, incluido su memorial en Taipei.
Muchos taiwaneses consideraron excesivas las medidas del Gobierno, por diversos motivos, en especial entre los partidarios del KMT.
"Chiang es un héroe que nos protegió de caer en las garras comunistas", dice Wang Pei-feng, un anciano soldado retirado llegado con el Generalísimo a la isla en 1949.
Ahora, tras la inminente apertura de la isla al turismo chino, el atractivo de Chiang, que protagonizó una lucha encarnizada con Mao Zedong en la China del siglo XX, realza su valor económico.
"Esperamos la llegada de muchos turistas chinos, lo que supondrán fuertes ingresos para nuestros ciudadanos", dijo Chu Li-luan, magistrado del distrito de Taoyuan.
El ex presidente Chen Shui-bian, que finalizó su segundo mandato el 20 de mayo, le quitó al mausoleo sus guardas y lo cerró a las visitas públicas.
El cierre del mausoleo costó $26 millones anuales a la industria turística local, agregó Chu, que espera que ahora con la llegada de visitantes chinos a partir del 4 de julio se multiplique la cifra.
El nuevo presidente, Ma Ying-jeou, pertenece al mismo partido que Chiang y aunque no aprueba el autoritarismo del generalísimo chino, le reconoce el mérito de proteger a la isla del comunismo y de encarrilarla hacia el milagro económico.