Todos los aeropuertos de las Islas Canarias reabrieron el lunes, según las autoridades del archipiélago español, al remitir los fuertes vientos que llenaron el aire con arena y polvo procedentes del desierto del Sáhara, un fenómeno conocido como calima.

La calima se vio acompañada durante el fin de semana por ráfagas de hasta unas 75 millas por hora que también avivaron al menos tres incendios forestales en distintas islas del archipiélago, que se encuentra 62 millas al oeste de la costa africana.

Las escuelas primarias cerraron en las ocho islas el lunes.

Las autoridades confiaban en que la situación siguiera mejorando al reducirse la velocidad del viento y tras algo de lluvia en varias islas, indicó el presidente regional, Ángel Víctor Torres.

“Ha sido un fin de semana de pesadilla”, dijo Torres a la televisora pública española TVE. “No conocemos un fenómeno así en 40 años”.

Las autoridades centraban sus recursos en combatir los incendios, incluido uno en una reserva natural en la isla de Gran Canaria. Unas 2.000 personas que habían sido evacuadas en la isla de Tenerife regresaban el lunes a casa después de que los bomberos controlaran un incendio, señaló Torres.

AENA, la operadora de los aeropuertos españoles, señaló en un tuit que se habían reanudado los vuelos en los ocho aeropuertos canarios.

Las salidas y llegadas aéreas se habían cancelado debido a las ráfagas de viento y la densa bruma amarillenta que envolvía a las islas.