TRIPOLI - Eufóricos rebeldes libios tomaron el control de gran parte de Trípoli tras un rápido avance ayer, celebrando la victoria en la Plaza Verde, el simbólico centro del poder del régimen de Moamar Gadafi. Los defensores de Gadafi rápidamente desaparecían mientras su régimen de 42 años se desmoronaba, y no se conocía su paradero, mientras persistían algunos bolsones de resistencia.

La televisión estatal trasmitió las amargas súplicas de Gadafi a fin de que los libios defiendan su régimen. Los rebeldes arrestaron a su hijo, otrora su heredero, Seif al-Islam, quien junto con su padre son acusados de crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional en Holanda. Su otro hijo estaba bajo arresto domiciliario.

Periodistas de The Associated Press que viajan con los rebeldes dijeron que avanzaron fácilmente desde las afueras al oeste de la capital hasta el bastión del régimen, en un giro notable de los acontecimientos en la guerra civil libia que ya cumple seis meses de enfrentamientos. Un líder rebelde dijo que la unidad encargada de proteger a Gadafi en Trípoli se había rendido y se unió a la revuelta, lo que permitió a las fuerzas de la oposición moverse libremente.

"Van a entrar en la Plaza Verde esta noche, si Dios quiere", dijo Mohammed al-Zawi, un rebelde de 30 años que entró a Trípoli. La Plaza Verde ha sido el sitio de las manifestaciones de apoyo nocturnas de los partidarios de Gadafi durante el levantamiento.

Más temprano, los rebeldes ocuparon una importante base militar que defendía la capital, partieron con camiones cargados de armas y apresuraron su paso hacia Trípoli, prácticamente sin resistencia.

Se desconocía el paradero de Gadafi hasta el momento. Sin embargo, envió una serie de rabiosos y desafiantes mensajes de audio transmitidos por la televisión estatal. El no aparecía en los mensajes. En el último, reconoció que fuerzas de oposición se mueven hacia Trípoli, y advirtió que la ciudad se convertiría en otro Bagdad.

"¿Cómo es que permiten que la capital Trípoli sea ocupada una vez más?", dijo. "Los traidores allanan el camino para que las fuerzas de ocupación se desplieguen en Trípoli".

También convocó a sus partidarios a marchar por las calles de la capital y "purificarla" de "las ratas".

El sorprendente y rápido progreso de los rebeldes, después de seis meses de una guerra civil que se encontraba en gran medida en un punto muerto, ocurría en apenas unas pocas horas dramáticas. Al caer la noche, habían avanzado más de 30 kilómetros (20 millas) hacia Trípoli.

Miles de civiles jubilosos salieron corriendo de sus casas para animar a los convoys de camionetas llenas de combatientes rebeldes que disparaban al aire. Algunos de los combatientes estaban roncos y gritaban: "Venimos por ti, cabeza crespa", un apodo burlón de Gadafi. En las aldeas que cayeron en manos rebeldes a lo largo del camino, una tras otra, los altavoces de las mezquitas repetían "Alahu Akbar", o "Dios es grande".

"Vamos a sacrificar nuestras vidas por la libertad", dijo Nabil al-Ghowail, un dentista de 30 años que sostenía un rifle en las calles de Janzour, un suburbio a menos de 10 kilómetros al oeste de Trípoli. Un intenso tiroteo estalló cerca.

A medida que caía una ciudad tras otra, y las fuerzas de Gadafi se dispersaban, el ambiente se volvió eufórico. Algunos gritaron: "Vamos a llegar a Trípoli esta noche". Otros disparaban al aire, tocaban las bocinas de sus autos y gritaban "Alahu Akbar".

Una vez que llegaron a Trípoli, los rebeldes tomaron el control de un barrio, Ghot Shaal, en el extremo oeste de la ciudad. Allí establecieron puestos de control mientras los camiones rebeldes ingresaban en la capital.

Los rebeldes avanzaron hasta el barrio de Girgash, a unos dos kilómetros y medio (1,5 millas) de la Plaza Verde. Dijeron que allí se encontraron bajo fuego de un francotirador en una azotea del barrio.

Sidiq al-Kibir, representante del consejo dirigente rebelde para Trípoli, confirmó el arresto de Seif al-Islam a AP, pero no dio más detalles.