Kingstown. Las autoridades en San Vicente están preocupadas por un brote de COVID-19 dada la falta de agua y la huida de miles de evacuados a refugios atestados y casas particulares tras la erupción de un volcán La Soufriere.

Se han reportado alrededor de una docena de casos en los últimos días, con al menos cinco desalojados dando positivo, exponiendo al menos a 20 personas al virus, dijo la doctora Simone Keizer-Beache, directora médica en la isla caribeña.

Personas limpian las cenizas volcánicas en el techo de una residencia en Wallilabou, San Vicente.
Personas limpian las cenizas volcánicas en el techo de una residencia en Wallilabou, San Vicente. (The Associated Press)

Keizer-Beache dijo que los funcionarios se están preparando para realizar pruebas masivas como parte del rastreo de contactos, una tarea complicada dado que entre 16,000 y 20,000 personas fueron desalojadas antes de que comenzaran las erupciones de La Soufriere el viernes. También instó a las personas a seguir usando máscaras y les pidió que cooperaran pues algunos no quieren hacerse la prueba de COVID-19, que es voluntaria.

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“Trabajemos juntos para prevenir una segunda catástrofe”, dijo en una conferencia de prensa transmitida por NBC Radio.

Complicando los esfuerzos para combatir el COVID-19, está la falta de agua en algunas comunidades debido a la fuerte caída de cenizas. Las personas tienen que caminar o conducir hacia donde hay grifos cargando baldes y jarras, haciendo largas filas.

Esta combinación de dos fotos con imágenes proporcionadas por Maxar Technologies muestra, arriba, el paseo marítimo de Richmond Vale cubierto de ceniza volcánica, en Chateaubelair, St. Vincent, el martes 13 de abril de 2021, un día después de otra erupción del volcán La Soufriere, y más abajo, el paseo marítimo de Richmond Vale el viernes 2 de abril de 2021.
Esta combinación de fotos proporcionadas por Maxar Technologies, muestra el cambio por las cenizas volcánicas en el paseo marítimo de Richmond Vale, en San Vicente. (Satellite image ©2021 Maxar Technologies via AP)

En una de esas filas se encontraba Suzanne Thomas, una vendedora de 46 años de South Union, una comunidad en el este de San Vicente sin agua desde el sábado. Ella recibió a nueve evacuados en su casa y ahora duermen sobre alfombras y mantas.

“Es muy duro. Tenemos que usar una jarra de agua para ducharnos, cepillarnos los dientes y tirar la cadena del inodoro”, dijo riendo y agregó: “Ahorrando agua”.

Otros, como Kevin Sam, de 17 años, no han tenido agua desde el sábado: “Me alegro de que estos tubos verticales estén disponibles, porque no sé qué hubiéramos hecho. No es fácil bañarse con medio cubo”.

Mientras tanto, los suministros son inexistentes o se están agotando en algunos refugios gubernamentales.

El volcán tuvo una erupción menor en diciembre. Una en 1902 mató a unas 1,600 personas.