
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Jerusalén (EFE).- Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) viven con gran expectación la primera visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para la que han adoptado medidas de seguridad sin precedentes.
La última medida que ha entrado en vigor, a la medianoche del martes para miércoles, ha sido la de cerrar los territorios palestinos hasta el sábado, según un comunicado del Ejército israelí difundido a los medios esta madrugada.
"Con motivo de la inminente visita del presidente de Estados Unidos se ha decretado el cierre general en Judea y Samaria", dice la nota en alusión a Cisjordania por sus nombres bíblicos, más comúnmente usados en Israel.
El cierre comenzó a medianoche del martes y será levantado "de acuerdo a las circunstancias de seguridad", y mientras tanto sólo podrán salir de Gaza o Cisjordania "los casos humanitarios autorizados por el Ejército israelí", subraya la nota.
El bloqueo a los territorios palestinos estará en vigor durante toda la visita del presidente estadounidense, que llegará hoy, miércoles, para impulsar el proceso de paz entre Israel y la ANP.
Se trata de la primera vez que Bush visitará Israel o la ANP como presidente.
"Es importante porque aunque lo hace en su último año de mandato, aún así todavía puede ayudar a resolver problemas regionales y locales", dijo a Efe la portavoz del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores, Zehavit Ben Hillel.
La visita presidencial se ha traducido en un auténtico dolor de cabeza para los organismos de seguridad en Israel que desde ayer, martes, a las 7:00 de la mañana están en estado de alerta máxima, y numerosas calles de Jerusalén fueron cerradas al paso de vehículos.
Más de 10.000 agentes se encargarán de garantizar la seguridad durante la estancia de Bush en la ciudad santa, donde se alojará en la suite 622 del histórico hotel Rey David, sede del gobierno británico en la época del antiguo protectorado de Palestina.
Todas las habitaciones del hotel han sido reservadas para el presidente y sus acompañantes, entre ellos la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quien pergeñó la convocatoria de la conferencia de Annapolis, que supuso la reanudación del proceso de paz entre palestinos e israelíes, tras siete años de bloqueo.
Además hay otros cuatro hoteles enteramente reservados para el más de medio millar de personas que acompañan al presidente, entre funcionarios y agentes.
Al margen de las molestias que tendrán que sufrir los jerosolimitanos, los contribuyentes israelíes tendrán que desembolsar 1.200.000 dólares, a razón de 25.000 dólares por hora, para financiar el operativo de seguridad durante la visita.
El despliegue lleva el nombre de "Operación cielos claros", aunque los meteorólogos pronostican lluvias y bajas temperaturas para los próximos días.
Pese a los tremendo desórdenes que se espera que ocasione la visita, la población ve la llegada de Bush con buenos ojos.
"Dudo que haya muchos países en el mundo donde actualmente Bush sea recibido de la manera que lo será aquí", manifestó a Efe el profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Arie Katzovitz, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales.
Los actos oficiales comenzarán en el aeropuerto David Ben Gurión, situado a 50 kilómetros de Jerusalén, -donde Bush será recibido por su anfitrión, el presidente Simón Peres, y el Gobierno de Ehud Olmert- y culminarán en Galilea, en el Monte de las Beatitudes, donde Jesús pronunció el sermón de la montaña.
Bush, que ya estuvo en Jerusalén en 1998, aunque en aquella ocasión como gobernador de Texas, tiene previsto visitar también el Museo del Holocausto antes de desplazarse a la Mukata o sede de la Autoridad Nacional Palestina en Ramala (Cisjordania), donde se entrevistará con el presidente Mahmud Abás.
Allí tiradores de elite de las fuerzas palestinas han tomado los tejados de los edificios del trayecto que seguirá la comitiva estadounidense, y es notoria también la presencia de agentes de la CIA.
Según informó la prensa local hace unos días, varios helicópteros estadounidenses también vigilarán Ramala desde el aire mientras Bush esté en la ciudad.
El programa incluye, además, un desplazamiento a Belén, donde el presidente visitará la gruta donde según la tradición nació Jesús.