El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, visitó el domingo la central nuclear de Fukushima, que sufrió varias fusiones de núcleo tras un tsunami hace ocho años, en un esfuerzo de subrayar la renovación y la seguridad antes de que el país acoja los Juegos Olímpicos de 2020.

La visita de Abe, que había visitado la planta de Fukushima Dai-ichi hace cinco años por última vez, se interpretó como una maniobra de control de daños después de que Yoshitaka Sakurada, ministro del gobierno que supervisaba los Juegos, renunciara por un comentario que parecía hacer de menos la reconstrucción en el nordeste de Japón.

“Nuestra política básica es que cualquier ministro es un ministro de reconstrucción”, dijo Abe durante su visita. “Hemos reafirmado nuestro compromiso de trabajar por la reanimación de Fukushima y el nordeste de Japón”.

Abe visitó la planta con traje de chaqueta, a diferencia del traje completo con máscara que tenían que llevar los visitantes hace cinco años, en un reflejo de los avances en la limpieza del lugar.

También visitó unas instalaciones de fútbol llamadas J-Village, que sirvieron como alojamiento temporal para los trabajadores que gestionaron el accidente en la planta.

Un enorme tsunami en marzo de 2011 desencadenó fusiones en tres de los reactores de Fukushima Dai-ichi, el peor desastre nuclear desde Chernóbil. Hasta 160,000 personas evacuaron la zona, aunque algunas han vuelto desde entonces.

Abe visitó antes el domingo una de las dos localidades en la zona de la planta, donde este mes se levantó parcialmente la orden de evacuación.

El gobierno ha realizado tareas de descontaminación para reducir los niveles de radiación en la zona. La planta, operada por Tokyo Electric Power Co., está siendo desmantelada. La compañía estima que el proceso llevará entre 30 y 40 años.