KIEV  — Yulia Timoshenko, dirigente emblemática de la Revolución Naranja de Ucrania que la catapultó a primera ministra, permanece en la cárcel debilitada por una huelga de hambre, lastimada por las golpizas en prisión y temerosa de ser alimentada a la fuerza por sus adversarios políticos, denunció su familia el viernes.

La preocupación en Occidente por el estado de Timoshenko aumentó desde que inició una huelga de hambre hace una semana en protesta por supuestos abusos en la prisión. Dice que los guardias la golpearon en el estómago y le torcieron brazos y piernas para llevarla a un hospital contra su voluntad para tratarla por un dolor en la espalda.

El partido de oposición sostuvo que una serie de explosiones el viernes en el este del país, que las autoridades atribuyeron a terroristas, pudieron haber sido orquestadas por el gobierno para desviar la atención sobre la situación.

Es un cambio dramático para una mujer que se constituyó en paladín del cambio democrático durante las manifestaciones del 2004 contra una elección presidencial robada, en la que cautivó a la nación con sus discursos en una plaza de Kiev.

Timoshenko aparece pálida y demacrada en fotos en que aparece acostada en la prisión y que tomó una funcionaria de derechos humanos. Parece una sombra de la enérgica mujer de trenzas doradas que seducía a la multitud. En las fotos de Nina Karpachova presenta hinchazón en el abdomen y el brazo.

Su hija dijo a The Associated Press que su salud se debilitaba rápidamente.

"Después del ataque sufrió un dolor intenso", dijo Eugenia Timoshenko en una entrevista por teléfono. "Está muy débil; no ha comido durante siete días y solo bebe agua. Las autoridades de la prisión amenazan con alimentarla a la fuerza".

Timoshenko cumple una sentencia de siete años de cárcel acusada de abuso del poder por un contrato energético ruso. Occidente ha condenado enérgicamente el fallo por considerarlo políticamente motivado y ha amenazado congelar la cooperación con Ucrania.