Simba, Max y Kimba, tres tigres de Bengala que pertenecieron al Circo Hermanos Ponce de Guatemala llegaron hoy a Florida donde van a vivir en un centro para grandes felinos a los que el hombre ha sacado de sus hábitats.

"Hemos estado trabajando con el Gobierno de Guatemala durante 18 meses. Prohibieron el uso de animales en los circos y el problema es que no tenían ningún lugar para llevar a los animales", señaló en Miami Jan Cremer, la presidenta de Animal Defenders International (ADI), la organización que ha hecho posible su traslado.

Durante el tiempo que ha durado la llamada "Operación Libertad" en Guatemala, la organización se ha hecho cargo de quince tigres y seis leones que en su mayoría pertenecían al Circo Hermanos Ponce, que los entregó voluntariamente después de que entrará en vigor la Ley de Protección y Bienestar Animal en ese país.

Sin embargo, ADI asegura que en dos ocasiones tuvieron que intervenir para frenar a los trabajadores del circo que golpearon a Kimba hasta hacerlo sangrar.

Además, y al igual que muchos otros felinos rescatados por ADI, a Simba le habían arrancado las garras mutilándole la primera falange de las patas.

"Desafortunadamente se utilizan en circos, en manos privadas. Estos animales han pasado una vida difícil, son criados para el entretenimiento de las personas y no pueden regresar a las selvas", indicó a Efe Angie Gabor, una voluntaria de Big Cat Rescue (BCR), el refugio de grandes felinos localizado cerca de Tampa donde vivirán los tres tigres.

Simba, Max y Kimba vivieron temporalmente en el refugio Antigua Exotic, en Guatemala, y hoy, tras una escala en Miami, llegarán a Tampa en avión para pasar su primera noche en BCR.

Los tres tigres de Begala fueron los primeros en abandonar ese país centroamericano. Los otros felinos de la "Operación Libertad", serán llevados a Sudáfrica.

El santuario

El BCR, que cuenta con una superficie total de 67 acres (27,11 hectáreas), ha rescatado a más de doscientos animales exóticos desde su fundación en 1992 y hoy en día alberga a leones, tigres, pumas, linces, leopardos, servales y caracales.

El centro surgió como un proyecto personal de Carole Baskin, que actualmente es la directora ejecutiva.

Baskin encontró hace años una granja en Minnesota donde criaban linces y pumas para después vender sus pieles a la industria de la peletería.

Horrorizada, decidió comprar cada uno de los animales para salvarlos del terrible destino que les esperaba y crear un santuario donde pudieran vivir en libertad.

Hoy, Big Cat Rescue es uno de los centros de felinos exóticos más grandes de todo el mundo y estos tres tigres vivirán en unas instalaciones en las que contará con comida, juegos e incluso una piscina.

El mantenimiento de cada tigre ronda los $10 mil anuales. BCR se financia mediante donaciones y visitas guiadas al centro.

Propuesta al Congreso

En Estados Unidos, solo en Alabama, Nevada, Carolina del Norte y Wisconsin no está prohibido ni regulado tener un gran felino como animal de compañía, mientras que en 35 estados es ilegal.

En el resto de los estados hay normas que permiten la posesión de esos animales, pero con ciertas limitaciones.

En febrero de este año BCR promovió la introducción en el Congreso de un proyecto de ley federal (H.R. 1380- S.2561), que está pendiente de aprobación, para que se prohíba a los particulares tener un gran felino como mascota y a los zoológicos ofrecer la posibilidad de acariciar y fotografiar a los cachorros.

Desde la BCR explican que estos grandes felinos que se compran "son peligrosos y normalmente acaban viviendo en condiciones inhumanas".

Para organizar estas sesiones de fotografía, los cachorros "son arrancados de sus madres y obligados a suprimir sus instintos naturales".

El tigre de Bengala (Panthera tigris tigris), también conocido como tigre de Bengala real o tigre indio, es una subespecie de tigre que habita en la India, Nepal, Bangladés, Bután, Birmania y Tíbet.

Es la subespecie más numerosa y conocida de tigre, y se encuentra en una gran variedad de hábitats, incluyendo sabanas y bosques tropicales y subtropicales.

Según el World Wildlife Fund (WWF), es una especie en peligro cuya población se fue reduciendo por pérdida de su hábitat, furtivismo y comercio de productos de medicina tradicional realizados a partir de partes de su cuerpo.

Tocó fondo a mediados de la década pasada, pero en los últimos años se ha notado una recuperación en India, Nepal, Bután, China y Rusia.