La potencia  de la naturaleza quedó demostrada en el terremoto y subsiguiente tsunami del pasado 11 de marzo en Japón, pero ahora los científicos acaban de descubrir que su fuerza fue tan fuerte que rompió pedazos de la capa de hielo  de la Antártica, a 8,000 millas del epicentro.

Desde hace tiempo los científicos sospechaban que el flexionar de la capa de hielo se debía a fuerzas sísmicas, que a su vez produce desprendimientos y crea  témpanos de hielo o icebergs, aunque no tenían confirmación de esa teoría por falta de observaciones, reportó hoy el portal Discovery News.

Tan pronto ocurrió el terremoto del 11 de marzo, Kelly Brunt y otros colegas del Centro Goddard de Vuelo Espacial, de la NASA, calcularon el rumbo que tomaría un tsunami en la cuenca del Pacífico y anticiparon que podría ocurrir un evento así en la capa helada llamada Sulzberger, en la costa  noreste del mar Ross, al sur de Nueva Zelanda. 

Unas 18 horas después del tsanami en Japón se abrió una apertura en las nubes que permitió ver un enorme témpano desprendiéndose. Luego recurrieron a imágenes de satélites que penetran las nubes y encontraron otro iceberg con varios más pequeños detrás.

Brunt y sus colegas estimaron que para cuando el tsunami llegó a la costa Antártica las olas eran sólo de un pie, pero la marea fue suficiente para provocar la fractura de una protuberancia del hielo que al parecer permanecía inalterada desde por lo menos 1965, cuando fue captado en fotos aéreas.

"Supimos de inmediato que este fue uno de los más grandes eventos en la historia reciente. Sabíamos que habría suficiente marea y esta vez teníamos la fuente", manifestó Brunt al emitir un comunicado de prensa.

Explicó que en el pasado veían los eventos de corte de los iceberg y buscaban la fuente, pero el escenario es a la inversa.