El Parlamento de Turquía aprobó el miércoles una ley que da a las autoridades más poder para regular las redes sociales, a pesar de las preocupaciones sobre la creciente censura en un país donde las voces críticas ya son silenciadas.

La ley exige que las grandes empresas de redes sociales, como Facebook y Twitter, tengan oficinas de representación en Turquía para abordar las quejas contra los contenidos en sus plataformas. Una compañía que se niegue a designar a un representante oficial podría ser sujeta a multas, prohibiciones publicitarias y reducciones de ancho de banda, que podrían hacer que sus redes sean muy lentas para el usuario.

Según el gobierno, la legislación era necesaria para combatir los ciberdelitos y proteger a los usuarios. En una intervención en una sesión parlamentaria el miércoles en la mañana, Rumeysa Kadak, legislador del partido gobernante, dijo que se emplearía para retirar publicaciones que contengan acusaciones e insultos contra las mujeres.

Los legisladores de la oposición dijeron que la llamaron una “ley de censura” que “limitará más la libertad de expresión en Turquía”.

Garo Paylan, un legislador del opositor partido prokurdo cuyos miembros han sido arrestados por supuestos vínculos con los proscritos milicianos kurdos, dijo que la ley deteriorará aún más las vías para que los partidos de oposición lleguen al público. “De esta forma, se cortará la última traquea de la oposición”, dijo.

El representante tendrá que responder a las solicitudes individuales de eliminar contenido que viole la privacidad y otros derechos personales en un plazo de 48 horas, o proporcionar motivos para el rechazo. La compañía sería responsable de los daños y perjuicios si el contenido no se elimina o bloquea en 24 horas.

Después de grandes multas y prohibiciones publicitarias, un tribunal podría ordenar que el ancho de banda necesario para acceder a la red social se reduzca a la mitad e incluso más si la compañía sigue sin designar a un representante basado en Turquía.

El almacenamiento de información genera más preocupaciones sobre la privacidad, dijeron los críticos.

Cientos de personas han sido investigadas y se han hecho algunos arrestos por publicaciones en redes sociales sobre la pandemia de COVID-19, oposición a los ataques en el extranjero del ejército turco o por insultar al presidente Recep Tayyip Erdogan y otros funcionarios.

En Turquía, 54 millones de los 83 millones de habitantes se identifican como usuarios activos de redes sociales.